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Suiza y Canadá se jugaban la medalla de bronce en la final de consolación masculina de curling cuando se vivió una escena que ya hemos visto en algún otro encuentro.
Peter de Cruz, componente del equipo helvético, dio varios pasos hacia atrás sin mirar y sin darse cuenta que tenía la piedra a su espalda. De manera inevitable, tropezó con ella y cayó al suelo pegándose un buen costalazo por el que estuvo dolorido un rato.
Pese al absurdo incidente la selección suiza formada por el propio De Cruz, Schwarz, Paetz, Tanner y Maerki acabó imponiéndose a la canadiense (7-5) para colgarse el bronce ante el aplauso del entrenador Claudio Pescia.
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