No todos los héroes consiguen medallas: Stevenson Savart, Beyrami Bahar y otros momentazos

Este miércoles 22 de febrero comenzó la competición en uno de los grandes acontecimientos del Esquí nórdico, el Campeonato del Mundo, con las pruebas de clasificación, el lugar en el que 109 deportistas de todo el mundo pelean por 20 plazas para poder seguir compitiendo. Su nivel está bastante alejado de la élite de este deporte, pero en ilusión por lograr un lugar entre los elegidos no les gana nadie. Es el caso de Bruna Moura, esquiadora brasileña que el año pasado casi perdió la vida al sufrir un dramático accidente de tráfico camino del aeropuerto para tomar el avión que la tendría que haber trasladado al gran sueño para cualquier deportista de los Juegos de Pekín. Un duro año de recuperación en Países Bajos, una colecta para recaudar fondos con los que poder vivir en Europa, entrenar en Austria una vez recuperada y todo con un fin: volver a competir. Esta mañana, Moura ha logrado su pase para estar en el Mundial.

Su compatriota Jaqueline Mourao es toda una leyenda en Brasil ya que ha participado en 8 Juegos Olímpicos, 3 de verano con el mountain bike y 5 de invierno con el esquí de fondo y el biathlon. Tiene 47 años, ha conseguido el mejor tiempo en la clasificación femenina y confesaba al final de la carrera que estaba tan nerviosa como una principante en el deporte. Mourao necesita dos Juegos más para igualar la marca del jinete canadiense, Ian Millar, presente en 10 citas olímpicas. Impresionante.

Hay otro brasileño con una historia curiosa. Se llama Mánex Salsamendi Silva, nacido en Río Branco, de padre navarro, establecido en nuestro país desde muy crío. Dedicado desde siempre a la montaña, un día, en Somport, se encontró con una mujer con el buzo de Brasil. Era, casualidades del destino, miembro de la selección carioca de deportes de invierno y abrió a Mánex las puertas del equipo nacional brasileño. Fue abanderado de Brasil en los Juegos de Pekín y también ha logrado la clasificación para este Mundial.

Hay más historias curiosas, como la del veterano esquiador colombiano, Rodrigo Ideus, que emigró de joven a Londres, se metió de lleno en el deporte del remo hasta convertirse en olímpico en los Juegos de 2008. Se casó con una canadiense, por lo que se mudó al norte de América, entrando en contacto con el esquí de fondo, deporte con el que representa a Colombia en esta Mundial. También por amor cambió de país Timo Juhani Gronlund, un finlandés que se casó con una boliviana, vive desde 2011 en La Paz y desde 2017 tiene la doble nacionalidad, por lo que representa a Bolivia en Planica con el esquí de fondo.

A muchos sorprenderá la presencia de caribeños o de otros deportista que solo pueden ver la nieve por televisión y que compiten en este Mundial. Son historias curiosas, como la del panameño, Ricardo Jay Lung, que se enamoró del esquí de fondo en los Estados Unidos, tras emigrar a Michigan. Allí se casó, formó su familia y entrenó para algún día convertirse en el primer panameño en participar en una carrera de esquí de fondo. Ya ha logrado su objetivo en Eslovenia. También bonita la historia del haitiano de 22 años, Stevenson Savart, adoptado con tan solo dos años por una familia de La Bresse, en los Vosgos franceses, que ama la nieve, es monitor de esquí y se convirtió en el primer deportista haitiano en disputar una carrera de Copa del Mundo, hace apenas un mes en Les Rousses, Francia. Savart también ha logrado un buen crono para seguir compitiendo en el Mundial. Digna también de mención es la presencia por primera vez de una deportista de la India en un Mundial, con Bhavani Thekkada Nanjunda, oficial del ejército, instructora de montaña en el Himalaya y que logró escalar el monte más alto de Europa, el Elbrús, en el Cáucaso ruso. No logró un buen tiempo para clasificarse, como la mayoría de deportistas que han participado en las carreras de hoy procedentes de Líbano, México, Venezuela o república Dominicana, entre otros, pero que son tan héroes como todos aquellos que consiguen las medallas. Mis respetos.