No puede haber igualdad

La verdad es que un guionista de cine de misterio no podría haberlo preparado mejor: Lewis Hamilton, Kimi Raikkonen y Felipe Massa estrenarán motor en la decimoséptima cita de la temporada. Alonso tendrá que disputar la carrera decisiva con el mismo propulsor que utilizó en Shangai, con más de 500 kilómetros a sus espaldas.

En esta ocasión los dirigentes de McLaren-Mercedes no han tenido nada que ver, pero la cosa ha venido rodada. Massa y Raikkonen especialmente, y Hamilton en menor medida, dispondrán de un motor específico, pensado para aguantar solo una carrera, con posibilidad de disponer de caballos extras y poder utilizar el doble del tiempo que el español el propulsor al máximo de revoluciones permitidas, 19.000. Obviamente, se corre algún riesgo más, pero el motor es, definitivamente, más potente y veloz que el habitual.

El trazado paulista de Interlagos es un viejo conocido de Fernando Alonso. Lewis Hamilton solo lo conoce gracias a los simuladores y a las videoconsolas. Fernando sabe lo que es ganar dos títulos en este escenario, aunque Felipe Massa probablemente vivió el día más feliz de su vida cuando el año pasado, vestido con los colores de la bandera de Brasil, ganó ante los suyos.

Es un trazado al que habrá que dar 71 vueltas, con muchos puntos peligrosos, aparte de los numerosos baches, como la curva número 1, la curva Senna, un embudo en el que se puede solventar el Mundial. Será una tortura en una montaña rusa con un asfalto, un firme, que no hace honor a su nombre y curvas donde se rozarán las "5G".

No solo Fernando Alonso, los cuatro protagonistas de esta historia, los tres que buscan el título más el cuarto, que quiere ganar ante los suyos, miran al cielo implorantes. Unos para que la lluvia no falte a cita tan importante. Otros, para que Eos, la de los dedos rosados, como se conocía al sol en la antigua Grecia, alumbre con justicia un día que seguro será histórico.

En todo caso, tirando de ciencia y dejándonos de mitos y leyendas, sábado y domingo se prevén nubes y claros, una temperatura de unos 26 grados y una pista seca, donde los neumáticos blandos y súper blandos de Bridgestone deben dar lo mejor de si mismos y ser, también decisivos.

Después del lío que se montó en el GP de Hungría, con la discutible maniobra de Fernando Alonso y del propio equipo, que impidió que en plena calificación Lewis Hamilton pudiera completar su segunda vuelta cronometrada, este derecho le corresponde al español. En Hungría le tocaba a Feranando dar una vuelta más en calificación y poder hacer la última vuelta buena con dos kilos y medio de peso menos y tener ventaja de cara a lograr la pole. Sin embargo, la maniobra de Hamilton, con posteriores insultos por medio, lo impidieron.

En teoría hasta ahora había un trazado de menos de 1:25, pero por la lluvia no pudo haber "extra lap" para nadie. Ahora, en Brasil, ese derecho le corresponde al "meteorito asturiano". Sin embargo, apuesten toda su fortuna a que en base a la tan cacareada 'igualdad' que preconiza Ron Dennis, el mandamás de McLaren-Mercedes arrebatará este pequeño privilegio al español y hará que ambos pilotos salgan con el mismo combustible a pista en el momento decisivo.

Hasta en más de media docena de ocasiones, los neumáticos de Fernando Alonso, bien en carrera, bien en calificación, han demostrado tener las presiones alteradas, bien con más kilos, bien con menos. En Hungría, por ejemplo, tuvo que hacer el segundo intento en la calificación con ruedas usadas, porque los mecánicos se encontraron con que el juego elegido no estaba en condiciones.

En China, tres cuartos de lo propio. Después de moverse en milésimas durante todo el fin de semana con Hamilton y los Ferrari, perdió casi siete décimas en el segundo intento en la calificación. ¿La respuesta? En vez de ir con 0,2 libras de presión... ¡iba con 1,5! ¿La culpa? para unas mantas eléctrica defectuosas. Demasiadas casualidades... ¿no?

A modo de panegírico final, miscelánea o cajón desastre. Las sanciones injustas de los jueces a Fernando Alonso, las palmaditas en la espalda por los mismos comisarios británicos a Lewis Hamilton tras provocar graves accidentes en carrera, ingratitud a un bicampeón del mundo que puso el coche del revés hasta convertir al McLaren en un bólido campeón después de haberse pasado en blanco, sin una sola victoria, la temporada 2006.

Por no hablar de la visceral campaña anti-Alonso en la prensa británica haciéndole cargar con todas las culpas por el caso de espionaje que protagonizaron un ingeniero de Ferrari y otro de McLaren. La cantidad de ríos de tinta vertidos para denigrar a un profesional, a un piloto, que lo único que ha hecho es servir de modelo a un novato, con muchísimo talento, pero que ha actuado tan pagado de si mismo que no ha dudado en insultar y mentir para lograr un título que, a estas alturas, aún no tiene seguro.

La última partida tiene las cartas sobre la mesa... y queda por ver si alguien tiene todavía algún as en la manga, porque... en una escudería británica, con el patrón británico, el 90 por ciento de los ingenieros y mecánicos de la misma nacionalidad y un piloto que defiende la misma bandera... ¿ustedes a quién apoyarían? ¿a un español?

Pues éso.

P.D: Ah, se me había olvidado contarles un pequeño detalle más hablando de igualdad. Sepan ustedes que en Brasil, Lewis Hamilton se aloja en una habitación a cargo de McLaren Mercedes de 680 dólares americanos, mientras que la de Fernando Alonso no supera los 279 y se encuentra situada seis plantas por debajo de la de su compañero de equipo. 'No comments'.