El blog de la Copa de futsal: Adiós a la inocencia

La mayoría de edad del futsal, su adiós a la inocencia, quedó para el disfrute general de esta otra forma de meter goles en una apasionante jornada dobler para abrir boca.

El segundo cuarto de final fue tan táctico que el primer gol se hizo de rogar. Lo metió con rabia Elisandro, dorsal 99 que dio el 100 por 100 en su terrible disparo. Osasuna aguantó el chaparrón y hasta mereció, sobre todo en el primer tiempo, algo más que lo esperado, la derrota. Inter Movistar, en el retorno de Ricardinho, no lució especial ni espacialmente sobre la pista azul y optó por la vía práctica en un primer tiempo que acabó con un tiro sobre la bonina al palo de Rato (que no es Rodrigo sino Rafael). Pero habría más pues Osasuna estaba como una Xota y fue a por todo en la reanudación con el empate de Martel.

Así hasta que Ricardinho (vaya chilena la suya en el primer acto) apareció de la nada para trenzar con Rato el 2-1, firmado por el segundo. Cada deporte, cada época, tiene a su referente, a un ídolo incontestable. A su Messi. Y ese no es otro en el futsal moderno europeo que Ricardinho, el portugués, otro loco bajito de ensueño. Volvía en la Copa tras lesión y pisó con el paso firme de los elegidos para participar de una nueva victoria incluso defendiendo, como en la acción que evitó el empate navarro.

Algunos mantenemos que el crecimiento del fútbol sala, más el apoyo de televisiones como Eurosport con sus directos liderados por Miguel Ángel Méndez, puede ir perfectamente asociado al fútbol once. Que debería incluso. Así que Osasuna Magna se vistió del equipo navarro ahora en Segunda en la primera irrupción del balompié en la Copa a la espera del Barça este viernes.

Es la Copa el evento soñado por muchos cada año. Porque en el sistema “entran dos, sale uno”, como en La Cúpula del Trueno de Mad Max, las escabechinas están a la orden del día. Y la primera la firmó el Palma Futsal, que de tan tapado no se constipó, en cambio. Los goles de Quintela y Tomaz pusieron tanta tierra de por medio que ElPozo, un gigante, se ahogó antes de llegar a la orilla. A 1:08 del final, el doble penalti para la prórroga no lo convirtió Miguelín y quedó certificada la primera sorpresa.

Nico Sarmiento, el portero más automotivado del deporte después de la reina del bádminton, Carolina María, fue quien puso el espectáculo en el primer partido de cuartos de final. No paró de felicitarse, de gustarse a sí mismo con cada parada (mil, por cierto). Un show, un futuro por delante como autor de libros de autoayuda.