Alerta Zidane: Cómo mejorar la defensa más blanda de los últimos años

Una extraña sensación ha inundado en esta Champions League a los aficionados blancos en el Santiago Bernabéu. Han comprobado de primera mano que sí, el Real Madrid también recibe goles en casa. Una situación que no se veía desde hace más de una temporada, ya que el año de la ‘Undécima’ Keylor Navas no recibió ni un solo tanto en el feudo madridista.

Caso contrario en lo que llevamos de curso donde la parroquia blanca ha visto a Keylor y a Casilla recoger la pelota del fondo de la red en una ocasión a cada uno. Esto es fruto de un gran altibajo en la defensa blanca, más blanda de lo que nos tiene acostumbrado. En 13 partidos oficiales, el Real Madrid ha encajado 14 goles, a una media de 1,2 goles por encuentro, y solo dejando la portería a cero en dos ocasiones.

Dato radicalmente contrario al que llevaba la temporada 2015/16 a estas alturas con tan solo ocho dianas en Liga y tres en Champions League (a domicilio). De esos 11 partidos disputados, en total había dejado su portería imbatida hasta en nueve ocasiones. Un revelador dato que sacude por completo a la actual zaga madridista y al sistema defensivo instaurado por Zidane.

Como nota positiva, la realidad dictamina que el Real Madrid no ha perdido ni un solo partido de los disputados hasta el momento. Lo que ‘estropea’ atrás acaba arreglándolo con su material ofensivo de primera categoría, a cargo de la BBC y la armada española que viene apretando desde atrás, en el que también entra el repescado Álvaro Morata (3 goles).

Es fácil relajarse cuando el marcador es favorable pero eso puede acabar jugando malas pasadas. El ejemplo más factible ha sido ante Las Palmas o el Legia. En el primer caso, el Real Madrid se ‘dejó’ empatar hasta en dos ocasiones cuando dominaba claramente el partido. En cuanto a los polacos, los dos goles tempraneros les despistaro n instantes después con un inútil e innecesario penalti que dio alas al Legia.

Todos, sin excepción alguna, deben implicarse en labores defensivas. La defensa comienza por el delantero y si este no se implica en apretar a los rivales en la salida de balón, dejará ‘vendido’ a sus compañeros regalando espacios por los que los contrarios encontrarán los huecos para hacer daño.

Las transiciones ataque-defensa son muy importantes y sin actuar como bloque es imposible combatir las ofensivas del rival. El Real Madrid, por guion y norma general, está diseñado para atacar. Eso hace que casi todos jugadores estén centrados en la portería rival. Algo que pasa factura cuando el equipo contrario recupera la pelota y monta el contragolpe. Sin un orden que permita replegar efectivos no puede mejorar la defensa, prevista de inferioridad ante estos supuestos.