Bienvenidos al fútbol desplome

Y es que no sólo del 8-2 del Bayern al Barça, sin duda uno de los derrumbes históricos para la historia del fútbol, va a vivir el balompié es lo que parecen decir resultados increíbles encajados por los mejores.

El 8-2 de Lisboa en Champions sacó los colores al Barça, aunque tampoco es que finalmente precipitara una revolución toda vez que Messi tuvo que quedarse. Porque salvo Luis Suárez (regalado al Atlético) y Semedo (trapicheo portugués mediante) el panorama es similar. Pero sí que acabó con la credibilidad de su presidente, Josep María Bartomeu, cuya salida del club es cuestión de un poco más de tiempo. Veremos las consecuencias de otros hundimientos por Europa.

En otras partes, por el momento, no se alcanzan los extremos del pasional fútbol español. Pero hay goleadas que hacen daño por igual. La racha afecta a Manchester City, Manchester United y Liverpool en la Premier, al propio Bayern en la Bundesliga y al PSG. Ni más ni menos.

Hasta el Bayern de Múnich, el campeón más campeón, se dejó ir contra el Hoffenheim para encajar un 4-1 ignominioso en la Bundesliga. Y eso que arrancó con un 8-0 al Schalke 04 (por dos). Y el subcampeón europeo, el PSG, sufrió lo nunca visto, dos derrotas seguidas en su campeonato local. Ambos parecen ir recuperándose, pero los batacazos ahí quedaron.

La Premier, la mejor Liga del mundo por presupuesto (un club mediano puede fichar casi lo que quiera del mercado europeo gracias a un reparto equitativo de los derechos televisivos), vive con inquietud sus desplomes locales. Esos que han llevado al primer plano de la actualidad a equipos como Leicester, Tottenham y Aston Villa por golear sin piedad a gigantes.

Empezó el Manchester City de Pep Guardiola, vapuleado 2-5 por el Leicester con ´hat-trick’ de Jamie Vardy en la jornada 3. Y siguió este último fin de semana lo imposible en Inglaterra con dos resultados tan inesperados como seguidos en una tarde dominical para el recuerdo. Auténtica ciencia del desplome: el 1-6 del Tottenham de Jose Mourinho frente al Manchester United y el 7-2 del Aston Villa a uno de los mejores equipos del mundo, el Liverpool de Jürgen Klopp. Ver para creer.

En España, el Granada llegó líder al Metropolitano y se cayó con todo el equipo: 6-1 en el debut esplendoroso de Luis Suárez como rojiblanco y que se ha quedado luego en nada con los empates seguidos a cero ante Huesca y Villarreal. También el Submarino Amarillo de su nuevo comandante, Unay Emery, prometía ser más competitivo en el Camp Nou y se llevó cuatro, todos los goles en el primer tiempo. Barça, por su flojo partido ante el Sevilla, y la desconexión del Madrid frente al Levante durante la segunda parte invitan a pensar que están al filo del desplome en cualquier partido.

En un año se ha pasado de giras competitivas por el mundo entero a pretemporada sin partidos, del todo a la nada para afrontar un nuevo ejercicio. Estos desplomes también tienen que ver con el argumento físico, principios de campaña ahora, y el psicológico, como gradas aún vacías del aliento extra que antes motivaba a seguir luchando. Especulaciones hasta que acaben los resultados fiasco con el que los poderosos, eso sí, están animando el fútbol de primeras de cambio. Y pronto llegará la Champions.

Esta es la nueva realidad. Fútbol con desplomes. Y nadie parece escapar al peligro.