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Blog De la Calle: De Kovacs a Guardiola

Fermín de la Calle

Actualizado 17/04/2018 a las 17:10 GMT+2

Pep acaba de ganar su 7ª Liga en 9 años con un estilo reconocible. Guardiola es el último eslabón de una cadena que inició Kovacs y siguieron Cruyff, Menotti...

Pep Guardiola

Fuente de la imagen: Getty Images

Siempre he pensado que los entrenadores que pasan a la historia son los que trascienden al resultado. Técnicos cuyas propuestas enriquecen su deporte independientemente del palmarés que dejen como legado. En el fútbol ha pasado con gente como Chapman y su WM en el Arsenal, el wunderteam de la Austria de Hugo Meisl, Helenio Herrera... Pero probablemente el más influyente haya sido Stefan Kovacs. Un rumano que deslumbró armando el fútbol total del Ajax, llegó a París un día de verano de 1973 a heredar la decadente Francia de Georges Boulogne.
Kovacs demostró su clarividencia en aquellos años 70 al advertir: "¿Quién, hoy por hoy, habla todavía de sistemas del tipo 4-2-4, 4-3-3, etc...? Ese fútbol de salón ha quedado caduco. Lo que cuenta es la actitud del equipo ante tal o cual circunstancia. En ciertos momentos puedes tener ocho defensores y en otras ocasiones seis atacantes. Los sistemas murieron definitivamente en Alemania en 1974".
Kovacs maravilló al mundo con la complicidad de Cruyff, Neeskens, Swaart y Keizer en el Ajax tricampeón de Europa, que asumió sucediendo a su amigo Rinus Michels después de la primera corona. Johan bebió de la idea futbolística del 'Totaal voetbal' de Kovacs, con el que mantuvo una intensa amistad más allá de su marcha al Barça días después de que el entrenador fuera nombrado seleccionador de Francia. Cruyff integró su ideario futbolístico y se encontró en el Barça a otro técnico que compartía la filosofía del rumano, Laureano Ruiz. Ruiz me confesó un día que "Kovacs era el entrenador más influyente que he conocido" y recuerdo que concluyó aquella conversación advirtiéndome que "los Mundiales no siempre los gana el mejor. Hay selecciones que están en el recuerdo y no en el palmarés: Brasil del 50, la Hungría del 54, Holanda en el 74, el Brasil del 82...".
Ruiz, "el técnico que plantó en los 70 la semilla del actual Barça", según Martí Perarnau, introdujo el rondo en los entrenamientos. La idea era enseñar al jugador a decidir en cada situación evaluando el contexto en el que se encontraba. Hacerles pensar con el balón en los pies. Una idea que comparte César Luis Menotti, quien acaba de fundar hace unos días una escuela de entrenadores en Argentina.
El día que fui a entrevistar a Menotti, me señaló una foto del salón de su apartamento-oficina de Buenos Aires, y me dijo: "Si querés entrevistarme, dime el nombre de los tres pibes que salen en la foto". Maradona y Platini posaban junto a un flacucho de escasa estatura con la camiseta de Francia. Era Alain Giresse. Los dos, Giresse y Platini, habían desembarcado en la selección francesa de la mano de Kovacs. El otro, Maradona, era el gran discípulo de Menotti, pese a que no le llevó al Mundial del 78. El Flaco abrió un día la puerta de su apartamento y allí aparecieron Klismann, al que había entrenador en la Sampdoria, y "el morocho", Löw. Pretendían cambiar el libreto de juego de la Mannschaft y apostar por el talento, acercando su fútbol a una idea más latina y descarada con el balón en los pies. Buscaban desconfigurar el cuadriculado fútbol alemán y reprogramar a la selección para proponer aquello que promulgaban Kovacs, Cruyff y el propio Menotti.
El argentino les dio unos cuantos contactos. Griffa, algo de fútbol brasileño y un par de referencias en México. Menotti comenzó a alternar las llamadas de Klismann con las de Guardiola. Para Menotti, "Pep es el técnico más trascendental del fútbol mundial actualmente. Su éxito descansa en su propuesta. Sus equipos juegan el fútbol que quieren, generan el contexto más favorable y deslumbran al mundo. Nadie ha sido capaz de dar 1.000 pases en un partido salvo el Barça de Pep. No hay adversario que soporte eso", me contaba con vehemencia el Flaco.
Guardiola ha ganado siete de sus últimas nueve ligas. A lo que suma dos Ligas de Campeones. Huyendo del ruidoso debate maniqueista que ve en Pep un ángel o un diablo, es indiscutible que Barcelona, Bayern y Manchester City han ganando con una idea perfectamente reconocible. Tan respetable como cualquier otra, sea la de Mourinho, Simeone o Zidane. Guardiola siempre ha priorizado la tarea de hacer crecer a sus futbolistas, diversificar los recursos del jugador y, sobre todo, mejorar su capacidad de lectura en las situaciones de juego. Más allá de las estrellas que ha tenido a su mando, es destacable la evolución del finalizador Messi hacia el rol de creador de juego, el crecimiento de Thiago, la versatilidad de Joshua Kimmich, la jeraquía que ha adquirido David Silva o la gestión de juego de Kevin de Bruyne.
Por encima del resultado, Pep está comprometido con una idea de juego. El resultado es una consecuencia y su obsesiva intensidad cuida cada detalle. Cierto es que ha gastado mucho dinero en fichajes. Sin embargo, también lo es que ha arriesgado siempre contratando futbolistas en crecimiento para tallarlos en lugar de fichar estrellas consagradas a los que exigir resultados a corto plazo. Guardiola es el último eslabón de una cadena que arranca en Kovacs, pasa por Cruyff, se apoya en Laureano Ruiz o Menotti y quién sabe hasta dónde llegará. El tío Stefan siempre tenía una taza de té preparada para quien llegaba a su casa a charlar sobre fútbol. Sin duda, le habría gustado compartir una con Guardiola.
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