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Blog De la Calle: El portero que amaba los libros

Fermín de la Calle

Actualizado 09/10/2018 a las 21:50 GMT+2

Marchena envió una foto a Gallardo de Vaclik leyendo y apostaron por el fichaje del checo. Alguien inquieto intelectualmente y futbolista poco convencional.

Tomas Vaclik

Fuente de la imagen: Eurosport

Sonó un mensaje. Eran las dos de la mañana y acababa de entrar un what's App en su teléfono. "Vaya hora intempestiva", debió pensar Paco Gallardo. Pero cuando miró el celular, vio que Carlos Marchena, otro de los adjuntos a la secretaría técnica del Sevilla, le enviaba una foto. Cuando la abrió, se encontró a Tomas Vaclik leyendo un libro. "Al tío le gusta leer" escuchó de voz de Marchena minutos después. Ambos, con pasado futbolista, convinieron que aquello era un gran síntoma y desde ese momento el checo del Basilea se convirtió en objetivo prioritario para cubrir la marcha de Sergio Rico de la portería sevillista.
La afición por Vaclik por la lectura invitaba a pensar que se trataba de una persona reflexiva. Una cabeza bien amueblada acompañando a un magnífica planta de portero de 188 centímetros de altura. Las pesquisas posteriores confirmaron los buenos augurios y la primera conversación con el futbolista terminaron por convencer a los sevillistas. Ficharían al portero lector.
Más allá de su inquietud intelectual se escondía un futbolista poco convencional. Nacido en Ostrava hace 29 años, debutó en el Vitkovice, donde jugó durante tres temporadas para después firmar por el Viktoria Zizkov. De Chequia se marchó a Holanda, fichando por el De Graafschap, pero no superó la revisión médica y regresó a Praga. El Viktoria le transfirió seis meses después al todpoderoso Sparta de Praga por una cantidad poco habitual en el fútbol checo, 8,5 millones de euros. Aquello le convirtió definitivamente en una estrella en su país, con una exposición mediática que le ha incomodado desde que defendía la portería de la selección en todas las categorías inferiores. Dos temporadas después se marchó al Basilea, destino en el que "me desarrollé como persona, me casé y me convertí en padre. Me hice con la titularidad de la selección y disfruté de la oportunidad de vivir en el extranjero por primera vez en mi carrera. Esto significó un proceso de aprendizaje cultural enorme porque aprendí a vivir en un equipo con diferentes mentalidades e idiomas".
Vaclik no esconde que cuando termina las entrevistas "pienso durante mucho tiempo si he contestado todo correctamente". Algo que no le impide reflexionar sobre el fútbol actual y señalar que ​"hay muchos egos, muchos macho alfa que quieren liderar el equipo. Es importante moderar adecuadamente a esos jugadores. Me gustaría poder pasear por la ciudad sin que me tachen de arrogante solo porque soy futbolista. Ese no es mi estilo. No quiero ir a un restaurante y decir: 'Hola soy Vaclik y voy comer gratis aquí". Tomas se define como un "un jugador poco ruidoso. En realidad soy más bien silencioso. Nunca estoy en el centro de las miradas. Aunque puedo asumir el rol de líder, pero no necesito hacer gestos llamativos ni levantar la voz. Lo soy por mi capacidad de adaptarme a las situaciones y trabajar con todos. Por supuesto que no me he llevado bien con todos siempre, pero nunca tuve un problema en el vestuario".
El portero del Sevilla, al que la afición hispalense ya ha acogido como si llevara años en Nervión, se identifica mucho con una frase de su compatriota Pavel Nedved: "Trata de ser una buena persona durante el día porque solo eres futbolista 90 minutos a la semana". Para Vaclik "el rendimiento es importante, pero por encima de eso somos humanos. Tenemos nuestras aficiones y sí, leer es una de ellas. Pero también tenemos nuestras familias y tenemos nuestros problemas. A nadie le importa si no pude dormir en toda la noche porque mi hijo está enfermo o si tengo otros problemas en casa. Ellos exigen que les ofrezcamos un espectáculo porque han pagado el precio de la entrada y nosotros tenemos la responsabilidad de hacerlo y que se marchen satisfechos. Debemos de ser capaces de manejar eso". Precisamente en el partido en el que el Sevilla goleó al Real Madrid (3-0) en el Pizjuán recientemente, el portero del Sevilla decidió jugar a pesar de pasar toda la noche anterior en el hospital por un accidente doméstico de su hija.
Futbolísticamente Vaclik trabajó mucho su juego de pies en Basilea. "Paulo Sousa, mi primer entrenador, me lo exigió. Quería salir jugando desde atrás y mantener el juego bajo control en el inicio de la jugada y me ayudó mucho el entrenador de porteros Massimo Colomba. Intento aprender observando a porteros como André ter Stegen, Manuel Neuer o David De Gea". Pero por encima de todo, la prioridad de este lector de Ostrava "es educar a mi hija como una buena persona".
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