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Blog De la Calle: Zidanismo al rescate del florentinato

Fermín de la Calle

Actualizado 12/03/2019 a las 09:38 GMT+1

Con Zidane, que llega con plenos poderes para fichar, regresa el 'savoir faire' a un Real Madrid que vive días convulsos en lo deportivo y financiero.

Florentino Pérez y Zidane, presentación

Fuente de la imagen: EFE

Zinedine Zidane ha realizado un tremendo acto de madridismo. El francés es consciente de que no mejorará los registros de su primera etapa, precisamente el motivo que le llevó a abandonar el pasado mayo el Real Madrid tras conquistar su tercera Liga de Campeones consecutiva. Y aún así regresa al club para hacerse con los mandos del equipo y reconducir la remodelación de la plantilla. Por contra, quien ha conseguido dar un golpe de mano es Florentino Pérez, que sale ganador con esta maniobra y devuelve la ilusión al madridismo al tiempo que aleja el foco de su desastrosa planificación deportiva. El presidente maquillará así la ausencia de títulos con las entradas y salidas de una plantilla que necesita una profunda renovación.
A diferencia de la anterior etapa, Zidane aterriza en el club con plenos poderes para fichar. Esta vez no solo se les escuchará, también dirigirá los movimientos del club en el mercado. Algo que relega a un segundo plano al director general, José Ángel Sánchez, que antes era quien imponía su criterio en los fichajes. De hecho, los enfrentamientos entre Sánchez y Zidane fueron muy sonados, llegando a un punto de no retorno tras la contratación de Dani Ceballos, jugador que el director general impuso pese a que el entrenador había priorizado la llegada de un 9 o un central. Ceballos fue arrinconado por el técnico y aún hoy sigue en la plantilla con un rol residual.
Zidane ha mostrado siempre buen gusto en los fichajes. Fue él quien recomendó la contratación de Raphael Varane, cuando aún no era un jugador de primer nivel ni había debutado con Francia. Y fue el propio Zizou quien señaló a Eden Hazard como un jugador de potencial cuando aún militaba en el Lille. Huelga decir que el regreso de Zidane acerca a Hazard, uno de los 'galactizables' que aparece en todas las listas. Esta maniobra de Florentino de recuperar al francés busca además abrir una vía de comunicación con el jugador del momento: el delantero Kilyan Mbappé. El jugador admira al técnico y el presidente blanco espera rentabilizar esa admiración.
Otro de los ganadores indiscutibles con la llegada de Zidane es Sergio Ramos. Una concesión de Florentino que, pese a la monumental bronca que protagonizó con el capitán tras la eliminación ante el Ajax, ha contado con la complicidad del sevillano para convencer al entrenador. Ramos sale reforzado con la vuelta del francés, confirmando su status de líder incontestable del vestuario ya que el técnico es más afín a los jugadores que a los dirigentes.
Pero por encima de todo el Real Madrid gana algo de lo que adolece cuando se acerca al atril la inquietante figura de Florentino. El 'savoir faire' de Zidane, un hombre que siempre ha desarmado los conflictos con su sonrisa y esa elegancia que ha logrado transferir del césped a las salas de prensa. El Real Madrid recupera su cara más amable y abandona el tono siciliano con el que se manejaban Florentino y Mourinho. El portugués es otro de los perdedores de esta decisión, ya que el club entierra definitivamente la vía de la confrontación impuesta por el portugués, que tanto daño hizo a la imagen y a la estructura del club.
A Solari le tienden un puente de plata para agradecerle sus servicios y le ofrecen quedarse en el club haciéndose cargo del Castilla. Santi ha cumplido en estos 32 partidos, 22 victorias, 2 empates y 8 derrotas, en los que ha sido fiel a sí mismo, tomando sus decisiones, acertando en algunas cosas y equivocándose en otras. El argentino se marcha con el respaldo de una afición, que más allá del disgusto de las eliminaciones en las diferentes competiciones, ha aplaudido sus decisiones de sentar en el banquillo a los jugadores que no estaban en forma como Isco, Marcelo o Bale.
Futbolísticamente el Real Madrid de Zidane siempre fue más eficiente que deslumbrante, pero las tres Champions justifican ese estilo pragmático que llevó a los blancos a los más alto. Zizou es un técnico afable, cercano para los jugadores y reverenciado por jugadores, aficionados, rivales y dirigentes. El zidanismo acude al rescate del florentinato más convulso, tanto en lo deportivo como en lo financiero. Algo muy de agradecer.
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