Blog Romero: Un Madrid con buena pinta

Hace ya mucho tiempo que las pretemporadas antiguas han pasado a mejor vida, pero la vuelta a la actividad tras el relax playero continua siendo un proceso fundamental para poner a punto la máquina de cara al extenuante calendario que toca afrontar desde la próxima semana. A pesar del inconveniente que supone la vuelta escalonada de los cracks de la plantilla y encontrarte amistosos ante rivales de entidad a las primeras de cambio, parece que Zidane termina esta primera fase del año satisfecho de lo que ha visto. Y eso que, hasta el momento, su fichaje estrella se llama Pintus y es preparador físico.

Ni la falta de movimientos de la plantilla en un club que acostumbra a ser uno de los animadores de las portadas en estas fechas ha puesto nervioso al personal. Y el mérito fundamental es del técnico francés. Hablar de un año atrás en fútbol es prehistórico, pero conviene recordar que hace más o menos doce meses el club blanco navegaba por un mar de dudas, provocadas mayormente por el errático fichaje de un entrenador que entró de nalgas en el club y que convirtió sus primeros días de trabajo en una sucesión de decisiones erráticas que fueron el principio del fin.

Por eso es tan importante, más allá de los resultados en los amistosos de tinto de verano y chanclas, la tranquilidad y el sosiego que está aportando desde el primer día de vuelta al cole este cuerpo técnico, con Zizou a la cabeza. Además de representar de manera extraordinaria al club en cada aparición pública, el galo aporta serenidad a la caseta con la misma naturalidad con la que bajaba con la elegancia de un cisne un balón imposible que llegaba desde cualquier lugar del campo. Y lo hace sin darse importancia ni esquivar temas polémicos; no necesita poner cara de estreñido cuando le preguntan con la obligada retranca periodística y resta importancia a temas que para otro se convertirían en una cuestión casi de estado.

Zidane está ante un reto apasionante porque la experiencia nos dice que el segundo año de entrenador en el Madrid con Florentino de presidente es una quimera. La conquista de la undécima le da crédito y tiempo, pero empezar bien es importante para evitar la mala costumbre del presidente de echarle las culpas al entrenador en cuanto llega la primera curva. Hasta el más optimista de los madridistas está sorprendido por lo bien que le queda a Zinedine un traje tan complicado como el de entrenador del club merengue, por eso este año es decisivo para saber si por fin estamos ante un tipo capaz de darle continuidad a uno de los banquillos más eléctricos del firmamento futbolero. Quedamos a la expectativa.