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Blog Uría: Antoine y su decisión

Rubén Uría

Actualizado 15/06/2018 a las 00:44 GMT+2

Estaba "hecho", "atado", tenía casa y le habían reservado el "7". Griezmann se iba al Barça. Eso nos dijeron. Hoy se descubrió el "panettone". Se queda en el Atleti.

Antoine Griezmann

Fuente de la imagen: Getty Images

Antoine Griezmann, que llevaba meses “fichado” por el Barça, que se iba “seguro para ganar títulos”, que estaba haciendo las maletas porque ya tenía “un contrato firmado”, que no volvería a Madrid porque “estaba atado”, que no la única duda que tenía era “si iba a vivir en Sant Joan Despí o en Pedralbes”, se queda en el Atlético de Madrid. Lo comunicó a través de un documental, a lo LeBron James, con una estrategia de comunicación que acaparó pocos elogios y miles de críticas furibundas, pero esa fue la anécdota y la categoría, su decisión. Y la noticia es que el galo decide seguir en el Atlético, junto a Simeone, Godín, Gabi y compañía. Lo es, por encima incluso de la manera que haya escogido Antoine para hacer público su futuro. Lo es, porque no todos los días sucede que el Atlético de Madrid logre retener a uno de los mejores del mundo cuando un club que le saca 500 kilos de presupuesto y que además tiene a Messi, va detrás de él a saco, sea el documental como sea, comunique como comunique, sea original o no. Griezmann se queda, entre otras cosas, porque a pesar de tener una gran oferta de uno de los mejores clubes del mundo, el Atleti ha jugado todas sus cartas, ha puesto toda la carne en el asador, le ha ofrecido más dinero, más proyecto, más cariño y más implicación. Y todo eso ha pesado más en la balanza que un trabajo de casi dos años del Barça en la sombra, intentando convencerle de que se fuera a un lugar en el que, probablemente, tendría más opciones de ganar títulos. Antoine, al que la mayoría de la prensa daba fuera del Atleti, se queda. Y Lemar, al que parte de la prensa dio por fichado por el Barça, también jugará en el Atleti. Dos de dos.
Gerard Piqué se manifestó en las redes sociales para poner negro sobre blanco: “Y recordad una cosa. Habrá gente que lo criticará, porque todo lo nuevo puede generar rechazo. Pero la reflexión más importante que deja la #LaDecisión es que a veces, no todo lo que os venden es cierto”. Hubo quien cargó contra Piqué. De hecho, bastante aficionados le insultaron, mientras que otros consideraban oportuno aplicarle un “Rubiales” a Piqué, cuando además de partirse la cara por el Barça y por España, es un tipo que le ha conseguido a su club un patrocimio mega-millonario del que no ha visto un sólo euro. Quizá ese “Rubiales” se le debería aplicar al dirigente que se ha pasado meses filtrando que Griezmann estaba “hecho” cuando no lo estaba. El pasado verano, iba a venir Verratti porque estaba “hecho”. Y Neymar, que se quedaba “al 200%”, se fue. Este verano, el que estaba “hecho” era Griezmann y el que estaba cerca era Lemar. Los dos jugarán en el Atleti la próxima temporada. Es lo que tiene infravalorar el mercado y a los competidores, que pasa lo que pasa. No creo que Griezmann fuera una prioridad deportiva para el Barça, sino más bien una oportunidad única de mercado, pero cuando alguien se tira meses, filtrando por tierra, mar y aire, a la prensa afín, que está “hecho”, que hay un papel firmado y que si la abuela fuma, cuando no está hecho y no hay nada firmado, porque el propio Griezmann lo reconoce en el documental, pues a alguno se le cae la careta. Que cada palo aguante su vela. Que los socios del Barça reflexionen. Y los que mandan en el club, que reflexionen qué es lo que está pasando para que un club de esa categoría no sólo no puede retener a sus estrellas, sino tampoco sepa convencer a las de sus competidores. Más autocrítica y menos historias para no dormir.
Volvamos al Atleti. Desde que uno tiene uso de razón, esta es la primera vez en muchos años, muchísimo, en los que el Atlético de Madrid hace todo lo que tiene que hacer para potenciarse, para retener a su estrella y para seguir creciendo. Bien por la directiva – cuando lo hacen bien, se dice y se aplaude, como debe ser-, bien por el vestuario y bien por los aficionados que no cayeron en la tentación de creer, a pies juntillas, los bulos desinformativos sobre si tenía firmado o no un papelito. No sé si el Atleti hará una gran temporada. No sé si ahora venderá jugadores – sería entendible, no nos engañemos-, no sé si se ganará o se perderá, pero sí sé que el Atleti está haciendo lo que debe: creer y trabajar. Mientras el Barça filtraba un fichaje que no estaba realmente cerrado a sus terminales afines, Simeone estaba yendo, en su día libre, a casa de Griezmann para “charlar con él un ratito” y hacerle ver que tenía que quedarse, porque todos estaban trabajando a muerte para mejorar. Nada más que añadir.
Rubén Uría / Eurosport.
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