Blog Uría: Leo Messi, la perfección

El fútbol es el querer, saber y poder de un icono de humanidad como fue Ladislao Kubala; el fútbol es la ambición desmedida de Di Stéfano, el mito de Sísifo que escribió epopeyas gigantescas; el fútbol es salir de la cueva con esmóquin, anticipar al rival y entregársela al compañero, como hacía el Kaiser, Franz Beckenbauer; el fútbol es la elegancia del tulipán Marco Van Basten, un ariete todo plasticidad que convertía goles desde cualquier ángulo; el fútbol es la inteligencia superlativa de Platini, el Napoleón del fútbol que hacía poesía de cada falta; el fútbol es la electricidad hecha carne, el talento desmelenado de un portugués que jugaba a ritmo de rock and roll y se llamaba Paulo Futre; el fútbol es al amague y el pase, la finta y el caño, la alegría del pueblo de aquel pajarillo de final triste que murió de soledad y era conocido como Garrincha; el fútbol es el zarpazo de felino perezoso de Romario, que facturaba goles de día y fiestas de noche; el fútbol es la fragancia inolvidable de un falso lento de origen argelino que se llamaba Zidane y resultaba un portento imparable; el fútbol es un potro desbocado llamado Cristiano, tuneladora humana de porterías y caníbal del gol; y el fútbol es un punto de rebeldía hecho pelota, un ramalazo de irreverencia de nombre George y apellido Best.

El fútbol es un búfalo en permanente estampida, un cometa imparable que respondía por Ronaldo y que destrozaba defensas a su paso; el fútbol es el cambio de velocidad, el quiebro y la genialidad infinita de un junco endiablado al que llamaban Cruyff y los rivales tenían que tratar de usted; el fútbol es el descaro de la favela y el malabarismo de un diez todo talento y dientes, el de Ronaldinho; el fútbol es Pelé, que remataba planetas, cabeceaba meteoritos y disparaba relámpagos a ritmo de samba, regalando una fiesta continua para los ojos; y el fútbol es Diego Armando Maradona, el tipo que devolvió Las Malvinas y el orgullo a los argentinos, el barrilete cósmico que vino de aquel planeta y dejó en el camino a todo inglés que le salió a su paso. Todo eso es fútbol.