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Comenzó con un videoclub y años después, es el dueño del fútbol. Es Jorge Mendes, propietario de una prolífica cartera de futbolistas.

Mendes Club de Fútbol

Fuente de la imagen: Eurosport

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Fuente de la imagen: Eurosport

Comenzó con un videoclub y años después, es el dueño del fútbol. Es Jorge Mendes, propietario de una prolífica cartera de futbolistas, dueño de Gestifute y asesor de un fondo de inversión que capta a multimillonarios, en negocios que siempre ofrecen plusvalías. Trabajador incansable, negociante nato y detallista confeso, Mendes recibe más de 200 llamadas telefónicas al día, tiene a 40 personas trabajando para él, más de 80 jugadores y es la cabeza visible de Quality SportsInvestments, un fondo de inversión en el que aparece su socio, Peter Kenyon. Su agencia de jugadores, Gestifute, cuenta con talentos como Cristiano Ronaldo, Falcao, James, Di María, Diego Costa, Tiago, De Gea o Mourinho, alcanzando un valor superior a los 700 millones de euros. Mendes, que comenzó su imperio logrando que Augusto César Lendoiro le comprase a Nuno – hoy técnico del Valencia- por 300 millones de las antiguas pesetas, dispone de algunos de los mejores jugadores del mundo. Sin embargo, la joya de la corona de su industria se llama José Mourinho. Su emblema es una de las claves de su negocio. Entre otras cosas, porque los clubes entrenados por Mourinho han movido más de 130 millones de euros en traspasos por jugadores de la cuadra de Mendes (Carvalho al Chelsea, Quaresma al Inter, Di María al Madrid, Costa el Chelsea). En cualquier caso, una cifra ridícula en comparación con los más de 1.000 millones de euros (repetimos, mil) que se calcula que Mendes ha movido durante los últimos 16 años.  El pasado verano, sin ir más lejos, logró mover unos 350 kilos en traspasos, casi nada al aparato.
Mendes, además de implacable negociador, es un estratega que ha desarrollado una capacidad brutal para expandir su negocio. Las claves del éxito del Mendes CF son varias:
1)Tiene el monopolio casi exclusivo de los mejores jugadores de Portugal, algo que ha conseguido con el paso de los años, bien siendo el agente del jugador o bien invirtiendo su dinero en adquirir porcentajes del pase de los futbolistas, captados y seguidos por un grupo de ojeadores. Mendes tiene buen ojo. Invierte en promesas a las que después convierte en estrellas.
2)Mendes es asesor y pieza clave de Quality Sports Investment, junto a Peter Kenyon. El fondo se dedica a buscar inversores en Europa, América y Asia que aportan una cantidad mínima de un millón de libras. Ese dinero se invierte de dos modos: siendo socio de clubes que formaran a jóvenes talentos (se recibe una participación en la rentabilidad obtenida cuando se vendieran estos futbolistas) o invirtiendo en los contratos de los jugadores, obteniendo rentabilidad de cualquier venta. Algunos folletos de QSI  prometían una rentabilidad anual del 10% durante el tiempo de vida del fondo, entre 3 y 5 años. En Inglaterra las propiedades de terceros son ilegales, pero el fondo carbura con clubes de Portugal, Turquía y España. Los fondos, otra arma de la industria Mendes, se encuentran ahora en una encrucijada: la FIFA quiere prohibir los fondos, mientras que la LFP apuesta por regularlos.
3)Sistema de clubes “lanzadera”. Su nutrido grupo de futbolistas son el alimento de diferentes equipos de Portugal, como el Braga, un equipo al que Mendes abastece de nuevos talentos a los que representa o que son propiedad suya, con el ánimo de venderlos si despuntan. Es su "fábrica".
4)Los grandes clubes lusos, Oporto, Benfica o Sporting, se abastecen de los productos Mendes y se benefician de ellos. Acuden a clubes más pequeños, se interesan por los jugadores de Mendes, él se los proporciona a buen precio, y ellos, después de revalorizarlos, los venden duplicando o triplicando lo que pagaron por ellos. El jugador gana, el club gana y Mendes, por supuesto, gana. En los últimos años, se calcula que el Oporto ha obtenido más de 400 millones de euros en ventas de jugadores de Mendes: Mangala al City (50 M€), James al Mónaco (45 M€), Falcao al Atlético (47 M€) o Moutinho al Mónaco (25 M€) son algunos ejemplos evidentes del incuestionable poderío de Mendes. 
5)Con Portugal como cantera inagotable y estrechos vínculos con el fútbol brasileño, donde Mendes también opera a través de múltiples socios, el agente portugués tiene un filón. Dispone de materia prima y de futuros cracks. Jugadores que se ponen de moda y que suponen un caldo de cultivo genial para atraer a los grandes tiburones del mercado, los grandes de Europa. Los ingleses (City, United, Arsenal o Chelsea) y los españoles (Madrid, Barça, Atlético, Valencia) son sus mejores clientes. Ellos le compraron a Di María, a Falcao, a Cristiano o a Diego Costa, por cantidades brutales de dinero.
6)Al tener buenos jugadores en grandes clubes, los contactos de Mendes se han mutiplicado en los últimos años, al punto de que los grandes clubes europeos saben que, por experiencia y por contactos, Mendes es clave para negociar con otros clubes en operaciones complicadas, por lo que suelen solicitar sus servicios como intermediario. Es decir, aunque el jugador no sea de su propiedad, ni sea su representado, acuden a Mendes para que medie con el club vendedor. Madrid, Barça o United..
7)La “tela de araña” de Mendes es extensa. Su imperio se forja en Portugal, tiene como campo base de operaciones a España y tiene campo abonado en la Premier para los suculentos traspasos. Por si fuera poco, maneja el mercado brasileño con facilidad, a través de un sistema de diferentes representantes vinculados a él (que recurren a sus servicios para que las operaciones lleguen a buen puerto con diferentes clubes) y de propina, también tiene una excelente relación con diferentes clubes turcos, fundamentalmente, el Besiktas, un club al que han llegado muchos de sus jugadores (Quaresma).
El Imperio Mendes es ilimitado, pero España es su campo base de operaciones. En el Valencia, que ha invertido más de 150 M€ desde que Peter Lim comprase el club, la sombra de Mendes es largada. Amigo y asesor personal del dueño, Mendes logró colocar a un entrenador de su cuerda, Nuno Espírito Santo, al tiempo que ha aterrizado en la capital del Turia con una serie de operaciones ligadas a su persona. Vinculados a la factoría Mendes serían productos como Rodrigo Machado (30 M€), André Gomes (15 M€), Cancelo (15 M€), Santi Mina (10 M€), Rubén Vezo (1.5 M€), Filipe Augusto (cedido, baja esta temporada) o Bakkali (libre). Además, también habría intervenido en las negociaciones por Nico Otamendi (12 M€) y Enzo Pérez (24 M€) como intermediario, aunque no es agente de ambos futbolistas. En la actualidad, su nombre parece clave para bloquear/desbloquear el caso Otamendi, así como el fichaje de un portero, la gran urgencia del Valencia este verano, después de la lesión de Alves. Se especula con Rui Patricio, factoría Mendes, a través de la sociedad Polaris Sports. Nadie duda del poder ilimitado de Mendes en Valencia. Es más, algunos aficionados temen ese poder.
En lo que va de verano, no es ninguna causalidad que los aficionados de Valencia y Atlético se hayan dado cuenta de que ambos clubes suelen coincidir en sus objetivos. Si la fuerza de Mendes en el Valencia es un hecho, en el Atlético de Madrid, el peso específico del luso también es una realidad. En la actualidad, ostenta el 40% de Saúl Ñíguez, habría comprado un 25% del pase de Óliver Torres y es el agente de Tiago. Además, este verano ha liderado las negociaciones por Jackson Martínez, por expreso encargo de Oporto, Atlético y el agente del jugador. En los últimos años, la relación entre Mendes y la propiedad ha movido un volumen de dinero para echarse a temblar. Las operaciones con Mendes han sido una constante. Bien con jugadores de su cuerda (Hugo Leal, Seitaridis, Maniche, Costinha, Zé Castro, Motta, Simao, Roberto, Miranda, Elías, Emre, Falcao o Costa entre otros) bien con jugadores a los que adquirió o representó con el paso del tiempo (Adrián) o bien con jugadores que, estando fichados por el Atlético, ni siquiera debutaron con el club rojiblanco, como Rubén Micael (incluido en el lote por Falcao) o Julio Alves (el Atlético compró sus derechos y dos días después, se lo revendía al Besiktas). Miguel Angel Gil Marín, máximo accionista de la SAD, que llegó a ser condenado por la justicia por estafar a su propio club, es amigo y socio ocasional de Mendes.
Otro miembro del ecosistema Mendes es el Real Madrid. El Wall Street Journal escribió un reportaje sobre titulado: «Cómo ser el dueño de un club sin comprarlo». El diario norteamericano describió a Mendes como «el dueño del Real Madrid» en la época de José Mourinho.Desde la llegada de Mou, el club que preside Florentino Pérez no fue inmune a los tentáculos del portugués. Hoy, tras el adiós del técnico de Setúbal, mantiene en la plantilla a Cristiano, James Rodríguez, Pepe y Coentrao. Antes tuvo también a Carvalho o Di María. El club blanco suele contar con Mendes en sus fichajes, cuando se trata de una operación delicada, usando sus contactos para desbloquear las negociaciones con otros “clubes amigos”. Es decir, Mendes siempre gana. O representa a un fichaje, o intermedia por él, o es dueño de un porcentaje de la propiedad del jugador. Él será, a buen seguro, una pieza decisiva en la partida de ajedrez por De Gea. El Madrid pide y él se lo facilita. Mendes nunca pierde.
Qué decir del Deportivo de La Coruña, su primer éxito en España. Sus magníficas relaciones con Lendoiro en su día (él le llama padrino y el ex presidente le llama ahijado) sirvieron para que el club coruñés acudiese a él para que le proporcionase jugadores como Gama, Salomao, Hélder Postiga o Pizzi, amén de la fugaz contratación de Domingos Paciencia como técnico, en una operación en la que intervino Mendes, pese a no ser su agente. No en vano, Lendoiro fue quien le abrió la puerta del fútbol español, hace 18 años, cuando le fichó a su primer jugador, Nuno, por 300 millones de pesetas. En aquel entonces, Mendes dirigía discotecas al norte de Portugal y era dueño de un videoclub. Recorría cientos de kilómetros al día para negociar con Lendoiro y su tenacidad, a prueba de bombas, sirvió para que colocase a su jugador en Riazor. Hoy, su imperio es inimaginable.
Es Jorge Mendes, el proveedor. El agente más respetado, temido y consultado de la industria del fútbol. El dueño de la pelota. El agente de jugadores, el dueño de pases y el intermediario para el que no hay operación imposible. Los clubes proponen y él dispone. Coloca sus productos a quien se los compra, acomoda a sus estrellas y sabe cómo mover los hilos para que los clubes se interesen en jugadores que no tienen demasiado cartel y sabe manejar los tiempos de las negociaciones. Vive colgado a sus dos teléfonos móviles y habla durante más de 18 horas al día. Ya se sabe, como dijo Gordon Gekko en la popular película Wall Street, el dinero nunca duerme.
Rubén Uría / Eurosport
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