Blog Uría: Simeone dijo lo que todos pensamos

Simeone mantuvo su discurso, elogió a Valverde y desde el corazón, no pudo reprimir lo que realmente piensa sobre el mejor de todos los tiempos: “Si le quitamos la camiseta del Barça a Messi y le ponemos la del Atlético de Madrid, posiblemente habríamos ganado 1-0. Gana el que le tiene a él. Es como en el barrio, él es el mejor y el mejor juega con ellos”. Hay quien cree que el Cholo buscó justificarse con historias para no dormir, hay quien reniega de la frase de Simeone diciendo que ha descubierto que el fuego quema y por supuesto hay quien es capaz de interpretar que el argentino, desde la sinceridad más absoluta y humilde, hizo público el resumen más honesto que el resto de aficionados hacemos en privado: que Messi es el mejor, que siempre marca la diferencia y que eso, lo digamos o no, lo pensamos casi todos. En su día, Alfredo Di Stéfano, el hombre orquesta del Real Madrid de los años cincuenta, dijo que no existía un jugador tan bueno como todo un equipo. Uno siempre ha creído que eso era una verdad como un templo, pero contemplando a Messi, la magnitud de su juego y el impacto que en él provoca, cree que el de Rosario es la excepción a la regla. Messi, que siempre dice que no sería nada sin sus compañeros, es tan bueno como todo un equipo. Porque, aunque suene exagerado, él sólo es capaz de hacer jugar maravillosamente bien a un equipo. Y no a uno cualquiera, sino al que mejor se expresa con la pelota y a uno repleto de talento.

Messi, que no juega en la época de Di Stéfano, que gobernaba los partidos con puño de hierro, lo hace ahora, de manera abrumadora, casi insultante, en una era en la que los marcajes, la táctica y la preparación física están en evolución constante, gracias a métodos sofisticados y sesudos planteamientos. El mejor escapista de la historia después de Houdini siempre impone su ley universal: si está inspirado, su zurda atómica destroza cualquier plan enemigo, rompe cualquier defensa y establece el guión de cualquier encuentro. En vísperas de la noche de los Óscar, Messi volvió a demostrar, una vez más – como ha hecho siempre a lo largo de todos estos años-, que merece todas las estatuillas. Él desarticuló la presión inicial del Atleti, él gobernó el partido en el primer tiempo, él marcó la diferencia con un golazo espectacular, él liberó a su equipo con espacios, él encontró a Suárez cuando Giménez se lo había devorado, él templó cuando el Atleti apretaba y él se marchó del campo sonriendo, sabiendo que no hubo jugador del equipo de Simeone que no se fuera a la caseta pensando que, en efecto, un monstruo había ido a verles. De haberse entregado los premios de la Academia en el Camp Nou, el público y los jugadores del Atleti lo habrían tenido clarísimo: Mejor película, Messi. Mejor dirección, Messi. Mejores efectos especiales, Messi. Mejor actor, Messi. Y mejor guión adaptado, por supuesto, Messi.

Alguien podría llegar a pensar que el elogio debilita, o que la asunción del talento de Messi, que ya parece un decreto-ley, es exagerado. Que se trata de regalar los oídos del crack o de tirar por tierra el trabajo colectivo, los méritos o la calidad de un gran equipo como el Barça, pero la realidad es que, si el fútbol es un regreso a la infancia, nadie nos devuelve a ella como este chico. Ningún jugador es tan bueno como todo un equipo, es posible. Pero con Messi con la pelota cosida al pie, uno empieza a dudar de eso. Es sólo un hombre, pero es un pequeño gran hombre que, en realidad, lleva en la mochila un equipo. Simeone no descubrió el fuego ayer, pero sí dijo lo que todos pensamos. Messi es único. A otros, aunque lo piensen y estén convencidos de ello, nunca les escucharán decir esa verdad. Simeone la dijo, sin reparos, desde el corazón. El Cholo, mejor que nadie, sabe que jamás volveremos a ver nada como este chico. Él es la táctica, es el sistema, es el equipo, es el balón, es el regreso a la infancia y el espíritu del barrio. Alguien único. Un talento que juega de azulgrana, pero que es patrimonio de todos, sean del equipo que sean.

Rubén Uría / Eurosport