Deportes populares
Todos los deportes
Mostrar todo
Opinion
Fútbol

Blog Uría: Sin bajar del autobús, imposible

Rubén Uría

Publicado 20/06/2018 a las 23:05 GMT+2

Lo mejor, el resultado. Lo peor, las sensaciones. Si en esto del fútbol importa ganar y gustar, España conquistó lo primero y se olvidó de lo segundo.

Diego Costa (Spain vs. Iran)

Fuente de la imagen: Getty Images

Nos dijeron que España iba a ganar este Mundial sin bajar del autobús– como nos dicen cada cuatro años, porque la venta de humo masiva es deporte olímpico en este país- y la verdad es que España, que lo pasó falta frente al autobús de Irán, no va a ganar este torneo en descapotable, ni en un flamante deportivo, ni en tren, ni mucho menos sin bajar del bus. A España, que es muy buena selección pero no la octava maravilla que nos venden por tierra, mar y aire, le va a costar llegar lejos en esta Copa del Mundo. Concretamente, si no mejora una barbaridad de cara a futuros compromisos, le va a costar sangre, sudor y quizá, lágrimas. Sí, no hay una selección que esté marcando diferencias. Todas las favoritas están pasando las de Caín en el torneo. Argentina tropezó, Brasil también, Alemania podría estar fuera a la primera de cambio, a Inglaterra le costó, a Francia también y sabemos que, en este fútbol moderno de nuestras entretelas, se han acabado los cruceros de placer. Hierro lo sabe, los jugadores lo saben y los aficionados, incluso los más optimistas, los que se creen eso de que España es la mejor y va a ganar siempre sin bajar del autobús, ahora ya lo empiezan a interiorizar. Hay buen equipo, no un super-equipo. Por cierto, no deja de tener su miga que después de dos años y medio de debate, de faltas de respeto y de miles de collejas gratuitas y negaciones periodísticas, España esté en camino de octavos de final gracias a Diego Costa, ese jugador al que muchos querían fuera de la selección. Justicia poética, el delantero contracultural, el tipo que estorbaba a todos, está siendo decisivo.
Con la esperanza de que la selección saque lo mejor de su fútbol y con la intención de mejorar mucho de cara a próximos rivales, cabe decir que, frente a Irán, un equipo serio pero lejos de las superpotencias, España ganó, pero no convenció. Y no lo hizo porque no tuvo fútbol asociativo, no circuló la pelota como sabe, no tuvo velocidad, le faltó uno contra uno, estuvo previsible y de propina, falta de precisión. Y lo peor fue la sensación de que, toda vez que consiguió abrir la lata y marcar el gol de la tranquilidad, lejos de tocar, tener paciencia y saber gobernar el choque, España entró en estado de pánico. Cedió metros y pelota, jugó con fuego y estuvo a punto de quemarse. Se olvidó de saber defender con balón, como en 2010 y 2012, y también sigue sin aprender a saber sufrir sin la pelota, algo para lo que, por la razón que sea, España sigue sin estar programada. Sumen a eso que, por las razones que sea, bien por no haber llegado en plenitud física, bien por excesivo desgaste o bien por un bajón futbolístico, los tres grandes creadores de este equipo, Iniesta, Silva e Isco, no están en su momento más dulce. Todos dejan chispazos mágicos en algún momento del partido, pero ninguno de los tres parece en condiciones de poder aportar regularidad, estabilidad y continuidad en el fútbol del equipo. Y eso, se nota.
Ni el optimista más recalcitrante podría negar que España estuvo a años luz de su mejor versión. Lo estuvo, seamos honestos. Asumido y procesado, conviniendo que el margen de mejora de un grupo de futbolistas de calidad es muy alto, ponderemos también lo bueno. Sí, el resultado. España ganó. Sí, ante Irán, sufriendo, pero ganó. Que no es lo único que cuenta, pero sí lo más importante. Y en un Mundial, con perdón, se trata de pasar de ronda. Mejor poder mejorar tu juego tras una victoria que pensar en hacerlo con una derrota. España está en el camino ideal para pasar a octavos, pero no en el indicado para llegar lejos. Si el fútbol es ganar y gustar, España cumplió con lo primero y no con lo segundo. Hay que mejorar. Sólo así se podrá ganar un torneo donde todas las selecciones, por históricas, potentes y favoritas que sean, están obligadas a ganar bajándose del autobús. O mejoramos o tarde o temprano, nos van a mejorar.
Rubén Uría / Eurosport
Únete a Más de 3 millones de usuarios en la app
Mantente al día con las últimas noticias, resultados y deportes en directo
Descargar
Temas relacionados
Compartir este artículo
Anuncio
Anuncio