Final Champions femenina, Lyon-Barcelona: La cruel realidad (4-1)

4 - Olympique Lyon: Bouhaddi; Bronze, Renard, M'Bock Bathy, Majri; Fishlock (Kumagai, m.72), Henry, Marozsan; Van de Sanden (Cascarino, m.63), Hegerberg y Le Sommer (Bacha, m.82).

1 - Barcelona: Paños; Torrejón, Pereira (Van der Gragt, m.81), León, Ouahabi; Losada, Bonmati (Andressa Alves, m.69); Putellas, Caldentey; Martens y Duggan (Oshoala, m.69).

Goles: 1-0, m.5: Marozsan. 2-0, m.14: Hegerberg. 3-0, m.20: Hergerberg. 4-0, m.30: Hegerberg. 4-1, m.89: Oshoala.

Colegiada: Anastasia Pustovoitova (Riusia). Mostró cartulina amarilla a Hegerberg (m.16) y Renard (m.25).

Incidencias: final de la Liga de Campeones femenina disputado en el Ferencvaros Stadium (Budapest, Hungría). Así lleno, en, en un recinto con una capacidad para albergar a 23.000 aficionados.

Ada Hegerberg. La Balón de Oro presumió de pegada con tres goles en apenas un cuarto de hora con tres remates entre los tres palos que dejaron tocado al Barça.

Asisat Oshoala. Autora del primer gol del Barça en una final de Champions. La nigeriana revolucionó el ataque entrando en el segundo tiempo.

Van de Sanden. Fue la peor pesadilla de Leila. Un puñal por la banda derecha, de sus botas nacieron los dos primeros goles.

El Barça bajó de un plumazo de las nubes cuando solo se habían cumplido cinco minutos de partido. Lo peor es que tan solo nueve minutos después llegó un gol exactamente idéntico. Dos centros desde la derecha, dos remates calcados en el área pequeña, con una facilidad pasmosa del equipo lionés. Si ganar la final era poco menos que una hazaña, con el resultado en contra y los golpes de los goles tan pronto, el partido había dejado de cobrar sentido.

Cayeron dos goles más antes de la media hora, en un festival del campeonísmo Lyon, que ha conquistado las cuatro últimas Champions. Ada Hegerberg hizo tres tantos para demostrar por qué es la vigente Balón de Oro. Y el descanso llegó como agua de mayo para el equipo de Lluís Cortés, totalmente desbordado y superado por la situación.

Le vino bien el receso al Barça, que salió a competir al tiempo que el Lyon rebajaba la intensidad. Mereció marcar antes del 88’, cuando lo hizo Oshoala tras una gran asistencia de Martens. Y aunque no lo hizo, al menos se fue con la reválida de haber ganado la segunda mitad a un equipo varios escalones por delante. Llegar a la final es un hito, lo importante es que en los próximos años no se convierta en un hecho aislado y sigamos soñando con la primera.