CHAMPIONS LEAGUE | La séptima del Real Madrid: Mijatovic recuperó el trono en el día más feliz del madridismo

32 años habían pasado de la última conquista de una competición que generó el mito de un club como el Real Madrid. Los blancos llegaban a Amsterdam aún con el poder de ser los primeros en el palmarés de la Copa de Europa pero en pleno ocaso tras la llegada de la imagen en color en la televisión.

En frente estaba el auténtico ogro de Europa por aquel entonces, como era aquella Juventus de Zidane, Del Piero o Inzaghi. La 'Vecchia Signora' alcanzaba su tercera final de Champions consecutiva, ganando la del 1996 ante el Ajax y sucumbiendo en 1997 ante el Dortmund. El favoritismo recaía sobre el poderío italiano.

Por su parte, el Madrid había fiado toda su temporada a Europa, tras una decpecionante Liga en la que habían acabado en quinta posición. Jupp Heynckes ya había presentado a Lorenzo Sanz su dimisión al termino del curso y, con un equipo con falta de experiencia en este tipo de partidos, el pesimismo en Chamartín era evidente de cara a la gran final.

Un monólogo de Zidane en los primeros minutos hizo pensar que la superioridad sobre el papel de la Juve se iba a plasmar sobre el campo. Entonces fueron los Redondo -en la construcción- y Hierro -en la destrucción- los que empezaron a rebajar la influencia del genio francés y el partido se igualó.

La movilidad de Mijatovic por todo el frente de ataque empezó a ser un dolor de muelas para los defensores italianos. Así nació la gran oportunidad de la primera parte, cuando Pedja se dejó caer a la izquierda, recortó a Torricelli y sacó un pase milimetrado al primer palo, donde apareció como siempre Raúl, aunque el disparo se fue rozando el palo.

El Madrid creció en confianza y empezó a dejar a un lado su papel de víctima. Davids estaba jugando al límite e incluso le perdonaron una clara expulsión tras una dura entrada, ya con tarjeta amarilla, sobre Seedorf. La Juventus se quedó a merced de la magia de Zidane, pero el Madrid ya sabía la fórmula para desactivarle con dos colosos como Hierro y Sanchís.

Tras la renaudación, el equilibrio entre ambos equipos era absoluto. La final -no exenta de calidad e intensidad- se iba a decir en mínimos detalles. En una de esas, Panucci colgó un centro desde la derecha, hubo un rechace en el área y le quedó a Roberto Carlos, quien en un intento de remate hizo que la pelota terminase en el '8'. Mijatovic estaba donde tenía que estar. Con un recorte dejó en el suelo a Peruzzi y la mandó para dentro.

"Vamos a ganar 1-0 y el gol del triunfo lo vas a marcar tú", le había dicho Fernando Sanz a Mijatovic en el hotel. En plena locura del gol, a Pedja le dio por correr hasta fundirse en un abrazo con su amigo. "La séptima fue una Copa de Europa muy deseada y tuve la suerte de marcar el gol. Fue el partido y el gol más importante de mi carrera".

El éxtasis fue máximo. La celebración acorde con el momento. El Madrid no iba a desperdiciar la oportunidad y terminó el partido con la categoría que marcaba su historia. Jerarquía de campeón de Europa. La Séptima y el que -como cuentan los que lo vivieron- fue el día más feliz del madridismo. En Amsterdam nació el Real Madrid moderno.

En el 'Informe Robinson' que rememora aquella final, Lorenzo Sanz reconoció que el Real Madrid no llevó en sus maletas el clásico champán para la posterior celebración. Tal es así, que fue la propia Juventus quien dio al conjunto blanco sus propias botellas.

1 - Real Madrid: Illgner, Panucci, Hierro, Sanchís, Roberto Carlos, Seedorf, Karembeu, Redondo, Raúl (Amavisca, 90’), Mijatovic (Suker, 89’) y Morientes (Jaime, 81’).

0 - Juventus: Peruzzi, Torricelli, Iuliano, Montero, Di Livio (Tacchinardi, 46’), Deschamps (Conte, 77’), Davids, Zidane, Pessotto (Fonseca, 70’), Del Piero e Inzaghi.

Goles: 1-0, Mijatovic (min. 66)

Árbitro: Hellmut Krug (Alemania)

Estadio: Amsterdam Arena.