Gareth Bale, 100 millones y dos títulos

Gareth Bale fue uno de los fichajes más polémicos de la historia del fútbol por el alto desembolso económico que supuso para las arcas del Real Madrid. El hecho de que Florentino Pérez realizara semejante inversión en un futbolista con escaso pedigrí -el Tottenham, su club de procedencia, no es un habitual en la lucha por los títulos- hacía dudar sobre la necesidad de su fichaje, pero el extremo de Cardiff terminó siendo decisivo en una temporada histórica para el Real Madrid.

El galés, que se ha perdido varios partidos esta temporada por distintas molestias físicas, fue el jugador más decisivo en la recta final de la temporada. Los cien millones de euros que costó comenzaron a amortizarse en la final de la Copa del Rey ante el eterno rival, el Barcelona. Cuando los azulgrana consiguieron igualar el gol inicial de los blancos, apareció la figura de Bale para dejar retratado a su marcador -un superado Marc Bartra- y marcar uno de los goles más recordados de la temporada, con un esprint que supuso una nueva Copa del Rey para los blancos, un torneo que el año anterior se había esfumado en una competida final ante el Atlético de Madrid.

Siendo la Copa del Rey una alegría para el equipo de Carlo Ancelotti, su verdadera obsesión no era otra que la Décima, y Gareth Bale volvió a reclamar para sí mismo el protagonismo en la final de Lisboa ante el Atlético de Madrid, que llegaba con el empujón anímico que supuso conquistar la Liga en la última jornada ante el Barcelona. Después de que Sergio Ramos consiguiera lo que parecía imposible -conseguir empatar un partido que pareció perdido durante gran parte del mismo y llevarlo a la prórroga-, fue la cabeza del de Cardiff la que apareció en el minuto 110 para desequilibrar definitivamente la balanza.

Con su marcador Juanfran fuera de escena a causa de una lesión, Bale no tuvo problemas para superar la marca de Alderweireld y empujar con la cabeza un disparo de Ángel di María previamente rechazado por Thibaut Courtois. La locura rápidamente se apoderó del galés, que no había estado afortunado hasta es preciso momento, pero consiguió pasar a la historia como el autor del gol que permitió que la ansiada Décima llegara a las vitrinas del Santiago Bernabéu.