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El Bosque

Fernando Ruiz

Actualizado 03/10/2018 a las 17:33 GMT+2

Moscú, Sevilla, la primera parte del derbi madrileño… Benzema no es delantero centro para el Madrid y Gareth Bale debería ser traspasado, se lesiona demasiado… Os propongo un reto: poned en un buscador la frase “El Real Madrid de Lopetegui convence”….

Karim Benzema (Real Madrid) contre le CSKA Moscou - Ligue des champions

Fuente de la imagen: Getty Images

Roma, Girona, la segunda parte del derbi…
Benzema y Bale hacen olvidar a Cristiano
Os vuelvo a retar a que busquéis ambas afirmaciones, antagónicas, en cualquier buscador. Puede que incluso encontréis a alguno que sostiene el blanco y el negro en un intervalo de una semana. Cosas de esta sociedad que vive demasiado deprisa, que no da tiempo a que el helado se derrita un poco para apreciar mejor su sabor.
Es la discusión de siempre. El árbol o el bosque. El análisis al minuto o la labor minuciosa de ver, esperar, comparar y analizar.
Lo que está en juego en el Real Madrid de esta temporada 2018/2019 no es asunto baladí. Y el reto es formidable, me atrevería a pronosticar, casi imposible de afrontar con éxito. Ganar cuatro Champions consecutivas, no nos engañemos, parece bastante improbable. Y la Liga por su propia razón de ser, es más para equipos consolidados que para equipos en transición.
¿Está el Real Madrid en transición? Yo creo que sí, argumentos hay sobrados para pensarlo. Mirando hacia el banquillo, Zidane se marchó, intuyendo que el sudoku era difícil de cuadrar. Y dijo hasta aquí hemos llegado antes de saber que Cristiano Ronaldo no iba a continuar. Con la salida del portugués, el jugador más decisivo de la historia reciente en La Casa Blanca, el mercado no ofrecía alternativa posible. No este verano. Y Florentino Pérez optó por aguantar y fichar al mejor portero del mundial, Cortouis, y a dos buenos jugadores para complementar la plantilla: Odriozola y Mariano.
La papeleta del nuevo entrenador, Julen Lopetegui, no es pues sencilla. La plantilla es buena. Muy buena. Capaz incluso de aspirar a todo, por mucha transición que haya que recorrer. Ese escudo real pesa mucho. Tiene vida propia. Y a lo largo de la historia ya se ha demostrado que es capaz de escapar a toda lógica. Pero el peso de Cristiano Ronaldo en los grandes resultados del Real Madrid de los últimos años, muy ligados a la Liga de Campeones, se antoja muy complicado de contrarrestar.
Pedir paciencia a la afición blanca es tarea ardua. Cada aficionado es libre de tenerla o no. Faltaría más. Pedírsela a la prensa tampoco es mi labor. Por eso en estas líneas me dirijo a ese aficionado, del Real Madrid o no, que guste de la observación de un momento histórico, de un cambio de rumbo que separa a uno de esos jugadores verdaderamente grandes de un club tan importante como el Real Madrid. Habrá un antes y un después del Real Madrid con o sin Cristiano Ronaldo. Como lo habrá el día en el que Leo Messi abandone el Barça.
El cambio de era es fascinante. Y el Real Madrid, de momento, se tambalea, buscando su sitio sin el portugués. Sucede que muchas veces una gran figura eclipsa al resto. Y cuando ya no está, se produce como una liberación, según la cual la suma de otros talentos contrarrestan la del crack añorado.
La opción B es mucho menos romántica. Casi diríamos que suena aterradora. La marcha de un Cristiano Ronaldo de la vida deja en evidencia a jugadores que, teniendo que dar un paso adelante, lo dan hacia un lado. Se desnudan las vergüenzas y las consecuencias suelen ser devastadoras. Terminan con un desmantelamiento de la plantilla, que en un par de temporadas, cambia en un 60 ó 70%.
¿Os atrevéis a señalar ante cuál de los dos casos estamos? Yo desde luego no. En lo que llevamos de temporada, apenas un suspiro, hemos visto las dos opciones. Al Real Madrid de la Roma le daría para todo. Completado con un crack en el verano de 2019 nos dejaría a un equipo temible.
Al equipo de esta noche en Moscú le situamos más cerca de la segunda alternativa.
Conviene, pues, aguardar. Limpiar los prismáticos, afilar el lápiz y observar. A mí particularmente, los años de transición me fascinan. Es como encaramarse a una colina desde la que puede verse el bosque completo.
@Fernan_Ruiz
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