Messi dicta la ley en su templo y deja casi sentenciada la eliminatoria

Las alineaciones nos dejaron varias sorpresas. Por un lado, Valverde fiel a sus pensamientos dejó a Arthur en el banquillo y apostó por el músculo de Vidal para dar más contención a la medular. Se confirmó también la creciente confianza en Coutinho que le ganó la partida de la titularidad de Dembélé.

Por parte de Klopp, la baja de Firmino le obligó a modificar el dibujo. Apostó por Wijnaldum como falso nueve. En el lateral derecho se decantó por Gomez en vez de Alexander-Arnold, para intentar frenar las subidas de Jordi Alba.

Sinceramente cualquier adjetivo o elogio que le pongas a Messi se va a quedar pequeño. Empezó el partido distraído, superado por la falta de pausa del encuentro y la imprecisión de sus compañeros. A partir del ecuador del segundo tiempo, olió la sangre y decidió que era la hora de dejar la eliminatoria sentenciada. Hizo el 2-0 en una jugada de ratón de área y el éxtasis llegó con el tercero. Falta centrada, pero bastante lejana. Tres pasos para atrás del argentino y el golpeo perfecto entra por la escuadra con una rosca perfecta. Una obra de arte para ponerla en bucle en las escuelas deportivas. Volvió a ser el más determinante, volvió a levantar de sus asientos a los aficionados al fútbol y presentó de manera oficial su candidatura al triplete y a su sexto Balón de Oro.

Interpretó a la perfección el partido. El ritmo del encuentro le vino a la perfección, el lateral blaugrana fue el mejor de los primeros 45 minutos. De sus botas nació el gol de Luis Suárez, se sabe lo que va a hacer, pero siempre le sale. Desbordó por el costado zurdo y leyó de forma impecable el desmarque del uruguayo entre los centrales para ponerle un pase medido, que el ariete solo tuvo que empujar.

En el top mundial. El alemán sigue demostrando que su fichaje es uno de los mayores aciertos de los últimos años. Es un seguro con el balón en los pies y en el segundo tiempo salvó al Barça. Sostuvo a su equipo en los peores momentos con intervenciones que pueden valer una eliminatoria.

Que Valverde no es el entrenador más atrevido del mundo no es un secreto y esta es una de las grandes razones de por qué no terminar de calar entre la parroquia blaugrana. En la segunda mitad volvió a modificar el dibujo ante el insistente agobio del Liverpool. El Barça se iba atrincherando poco a poco en su campo y dio entrada a Semedo en detrimento de Coutinho, pasando a Sergi Roberto al centro del campo. Acción no muy aplaudida, pero que resultó ser efectiva. Un nuevo acierto de Valverde, que no gustará a los puristas del toque, pero que es un seguro.

Factor imprescindible para ser campeón. El Barcelona sufría y no daba síntomas de despertar. Primero en el segundo gol, en una jugada aislada Messi fue el más listo de la clase y se adelantó a todos para cazar el rechace del remate de Luis Suárez que se había estrellado en el larguero, 2-0 y la eliminatoria muy de cara. El segundo golpe de fortuna fue justo después de marcar el 3-0. Una jugada embarullada en el área que, tras mil rechaces, Salah terminó empotrándola en la madera con la portería vacía.