¿Ha revelado el Metropolitano las grietas del Liverpool?

"Ya no habrá que hablar de récords", dijo Jürgen Klopp después del varapalo sufrido por el Liverpool a manos del Watford en la última jornada de la Premier League. El rotundo 3-0 que les endosaron los hornets en Vicarage Road fue analizado más como un alivio que como un serio correctivo para el líder invicto de Inglaterra. La afición ya se había acostumbrado a ver a los reds ganando, con 18 victorias ligueras seguidas y 44 sin conocer la derrota, cifras brutales que remitían a la posibilidad de igualar la hazaña de los Invencibles de Arsène Wenger con el Arsenal, cuando consiguió terminar la Premier 2003/04 sin perder ni un solo partido.

Pudo parecer un accidente, al igual que nadie se echó las manos a la cabeza por perder 1-0 en el Metropolitano contra el Atlético en la Champions -la mecha que desató la actual crisis de resultados-, pero la eliminación del Liverpool en la quinta ronda de la FA Cup contra el Chelsea de Frank Lampard ha empezado a encender las alarmas en el entorno red. Tres derrotas en cuatro partidos son demasiadas para un equipo que parecía imperturbable en su camino hacia un hito histórico.

El alivio que Klopp deslizó tras la derrota contra el Watford lo matizó antes de enfrentarse a los blues: "No es que estemos ahora aliviados de toda la presión alrededor y a partir de ahora nos podemos centrar en el fútbol de nuevo. No nos sentíamos bajo tanta presión, fue una respuesta sin demasiado razonamiento previo, lo siento", se disculpó el técnico alemán. El Atlético lideró el reencuentro del Liverpool con la dura realidad, es cierto, pero también lo es que su rendimiento en la Premier League ha estado por encima de lo demostrado, y eso reflejan las estadísticas avanzadas.

El portal Understat recoge una clasificación paralela de la Premier League en la que valora a los equipos en función de los goles esperados, una métrica que analiza los goles que un equipo debería anotar en cada partido basándose en la calidad de sus disparos a puerta y la probabilidad de marcar gol teniendo en cuenta variables como la distancia de la portería, el número de defensores presentes en la acción y el tipo de pase que precede al gol. Analizando estos datos, el Liverpool ha obtenido una rentabilidad máxima, con 79 puntos en la clasificación cuando, según la estadística avanzada, debería haber sumado 57,8 (columna xPTS). Curiosamente, el líder de la Premier League según esta clasificación 'por merecimientos' tendría que ser el Manchester City de Pep Guardiola, víctima de la imprevisible realidad del fútbol.

La realidad es que el Liverpool ha sacado muchos partidos adelante ganando sin un brillo excesivo ni apabullante, decantando la balanza en las segundas mitades. Salah y Mané no están rindiendo al nivel excelente del año anterior ante el mayor conocimiento de los entrenadores rivales, que ya no permiten que los reds desplieguen el fútbol directo que maravilló al continente y les permitió coronarse campeones de la Champions League en Madrid en 2019. La defensa, con Virgil van Dijk al frente, se ha convertido en el gran asidero del Liverpool en la presente temporada, y es lo que les permite tener la abismal diferencia de 22 puntos de la que disfrutan al frente de la Premier en este momento.

Jürgen Klopp es consciente de este factor y así lo asumió públicamente: "Nos ha salido todo bien durante tanto tiempo porque defendimos increíblemente. En los últimos tres partidos -quizá cuatro- hemos concedido sin duda demasiados goles fruto de situaciones muy diferentes, así que no es sólo un problema. Lo hicimos muy bien, pero no lo suficiente en los momentos clave y eso es lo que tenemos que aceptar", analizó tras perder contra el Chelsea.

El gol de Saúl al aprovechar un balón muerto en el área tras un córner en los primeros minutos derribó la fortaleza red, que desde entonces ha recibido dos goles por parte del West Ham, tres del Watford y los dos del Chelsea que lo dejaron fuera de la FA Cup. Virgil habló el pasado fin de semana y no puso paños calientes: "Hemos concedido tres goles, algo que no hemos hecho en mucho tiempo. Obviamente tenemos que mejorar como equipo. Es muy difícil de aceptar esto"

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El cargado calendario del Liverpool es otro factor a tener en cuenta, con seis competiciones activas, incluyendo la League Cup, de la que Jürgen Klopp quiso desentenderse pronto dando protagonismo a los Sub-23; el Mundial de Clubes y la FA Cup, en la que el filial también tuvo que tomar la responsabilidad ante el Shrewsbury. A pesar de haber tenido un pequeño parón de una semana en la Premier League, una vieja -e infructuosa- reivindicación del Big6, ahora el camino queda despejado y sólo queda en el horizonte el decisivo duelo en Anfield contra el Atlético, además de una Premier más que encarrilada.

Analizando todas las derrotas en conjunto, queda claro que la FA Cup no tenía demasiada importancia en la mente de Jürgen Klopp -siete variaciones en el once respecto al duelo contra el Watford- y que el Atlético es la gran obsesión del alemán. Curiosamente, el alemán parece haber encontrado la solución para intentar la remontada gracias a Pep Guardiola, su gran rival en Inglaterra, después de verse sorprendido por el planteamiento defensivo de Diego Simeone en Madrid: "Es un equipo de clase mundial, cuando juegas contra ellos y se plantan así, ése es el mayor desafío en el fútbol. El primer gol que el City marcó contra el Aston Villa es un ejemplo perfecto de cómo jugar contra un equipo así. Es un balón de casi 20 metros hacia Foden, que ataca la última línea y asiste de cabeza a Agüero", destacó.

La crisis del Liverpool se confirmará o despejará a una sola carta, contra el Atlético ante las más de 50 000 gargantas enfervorecidas de Anfield, y parece que Klopp está dispuesto a convertirse en el mejor discípulo de Guardiola para someter al combativo EuroAtleti del Cholo. Una resistencia exitosa por parte de los colchoneros reforzará la sensación de que el Liverpool, que muy probablemente volverá a levantar la Liga inglesa 30 años después, se habrá quedado a medias cuando lo tenía todo para ser histórico.