La 13ª del Real Madrid: De la chilena de Bale al adiós de Cristiano

Zinédine Zidane nunca apareció en las quinielas como un entrenador llamado a hacer historia en el mundo del fútbol, pero un año antes ya había conseguido un registro nunca antes conquistado: ser el primer entrenador en ganar dos veces la Champions League bajo el actual formato (de 1993 en adelante). Sólo doce meses después, Zizou volvió a elevar el listón con una nueva Champions, esta vez conquistada en Kiev, ante una versión por madurar del Liverpool de Jürgen Klopp.

A diferencia de la final de 2014, en la que muchos acusaron al Real Madrid de haber tenido un camino de rosas hasta el partido de Lisboa en el que derrotó al Atlético, la edición 2017/18 de la Champions League fue todo un tour de force para los blancos. Después de quedar segundo en un grupo en el que el Tottenham pasó como primer clasificado, PSG, Juventus y Bayern se pusieron en el camino de los madridistas, que gestionaron las eliminatorias con resultaods ajustados en los dos últimos casos (sendos 4-3 globales). Por el otro lado del cuadro llegaba un Liverpool que, con Jürgen Klopp al mando, empezaba a reverdecer laureles. Los reds dejaron fuera a Oporto, Manchester City y Roma, con una alocada semifinal ante los italianos que terminó con un 7-6 global que hizo las delicias de mucho pero venía avisando de que la portería inglesa no era la más fiable.

La final del Olímpico de Kiev empezó marcada por un forcejeo en el que Ramos secó a Salah hasta el punto de lesionarlo e impedirle continuar en el partido. Sin su máxima estrella, el Liverpool empezó a sentir que ya no podía competir de tú a tú con el Real Madrid, y eso le permitió a los de Zidane tener un alivio que poco a poco fueron convirtiendo en dominio, sin ser un partido especialmente brillante.

Después de unos 45 minutos iniciales en los que hubo poca emoción, las hostilidades se desataron rápido en ambas porterías. Karius empezó su noche de los horrores con un mal saque en el que Benzema puso la punta de la bota para que el balón rebotara en él. El 1-0 espoleó mínimamente al Liverpool, que por fin despertó e igualó la contienda gracias a Mané.

Con las espadas en alto, Zidane dio entrada a Bale, y su presencia tuvo rendimiento inmediato. El galés se lució con una chilena que dio una ventaja a la postre definitiva, opacando aquella que consiguió Ronaldo en los cuartos de final ante la Juventus. El portugués pasó de puntillas por un partido en el que Ramos hizo el trabajo sucio y Bale volvió a sacar el traje de superhéroe que luce habitualmente en las finales, y eso tendría sus consecuencias a posteriori.

El error previo y la chilena hicieron demasiada mella en la confianza de Karius, que aún tendría un fallo grosero más en su cuenta particular con un disparo lejano que no debería haber entrañado peligro. Bale fue el firmante de aquel 3-1 que terminó de dejar claras las diferencias entre un Madrid lanzado en plena dinámica ganadora y un Liverpool aún en construcción que un año más tarde reforzó la portería con Becker en lugar del defenestrado Karius.

Las celebraciones de la 13.ª, un canto a la rutina excelente del Real Madrid en Europa, fueron opacadas por un mensaje velado que Cristiano Ronaldo deslizó. Era la hora de decir adiós para el portugués y le terminó quitando los focos a todos, desde el desafortunado Salah hasta el heroico Bale. Semanas más tarde, el de Madeira hizo las maletas rumbo a Turín, cortando una nueva racha de títulos europeos en Chamartín, que el año siguiente bajó su rendimiento notablemente.

3 – Real Madrid: Navas; Carvajal, Varane, Ramos, Marcelo; Modric, Casemiro, Isco, Kroos; Benzema y Ronaldo

1 – Liverpool: Karius; Alexander-Arnold, Lovren, Virgil, Robertson; Milner, Henderson, Wijnaldum; Salah, Firmino y Mané

Goles: 1-0, Benzema (51’); 1-1, Mané (55’); 2-1, Bale (64’); 3-1, Bale (83’)

Árbitro: Milorad Mazic (Serbia). Amonestó a Mané.

Estadio: Olímpico de Kiev.