Champions League, PSG-Barcelona: Sin milagro, pero con orgullo

1 (5) - PSG: Navas; Florenzi (Dagba, 76'), Marquinhos, Kimpembe, Kurzawa (Diallo, 46'); Gana (Danilo, 59'), Paredes, Verratti (Rafael, 84'); Draxler (Di María, 59'), Icardi y Mbappé

1 (2) - Barcelona: Ter Stegen; Dest (Trincão, 66'), Mingueza (Júnior, 35'), Lenglet, Alba; De Jong, Sergio (Pjanic, 78'), Pedri (Ilaix, 78'); Griezmann, Messi y Dembélé (Braithwaite, 78')

Goles: 1-0, Mbappé (pen., 30'); 1-1, Messi (37')

Árbitro: Anthony Taylor (Inglaterra). Amonestó a Kurzawa, Mingueza, Lenglet, De Jong, Gana, Paredes e Icardi.

Estadio: Parque de los Príncipes.

El Parque de los Príncipes fue el escenario de mil pequeñas grandes historias que se desarrollaban al unísono en una primera mitad de manicomio. Sin ánimo de esconderse, Mbappé salió al terreno de juego dispuesto a poner en evidencia a Mingueza igual que hizo con Piqué en la ida. En el otro extremo, Dembélé asumió galones a lo grande y percutió sin desmayo, exigiendo la mejor versión de Navas. El Barça fue creciendo, reconvertido en ese equipo animoso que ha descubierto el placer de las remontadas, arrinconando a un PSG en el que Kurzawa se revelaba como el punto débil con su temprana tarjeta.

El Barça fue un equipo poderoso hasta que a la media hora se descubrió el rosario de bajas que presentaba Ronald Koeman en la línea defensiva. Mingueza se condenó a sí mismo con una amarilla tan obvia como inevitable al intentar placar a Mbappé, e incluso pudo haber sido expulsado un minuto después, superado por la situación. Lenglet tampoco habría jugado el partido en condiciones normales, pero no había más personal disponible, y un pisotón involuntario a Icardi descubierto por el VAR se convirtió en el penalti que transformó Mbappé, sin piedad ante Ter Stegen.

El 1-0 no cambiaba demasiado, pues el Barça seguía necesitando cuatro tantos, y Messi se encargó de reavivar la llama con un trallazo magistral a la escuadra de Navas que devolvió la fe. Había noticias de Dembélé, tan voluntarioso como fallón, y de Messi, el que nunca dimite, pero no tanto de Griezmann. El francés se reservó para el añadido, cuando tiró de picardía para sacarle un penalti a Kurzawa. Esta vez Navas se vengó de Messi al parar un penalti lanzado para asegurar. Su despeje tocó en el larguero y con él se llegó al descanso, con un 1-1 que seguía dejando la empresa como muy complicada.

El ritmo tenía que bajar por fuerza en la segunda parte, en parte porque el PSG entró con mayor compostura y Mauricio Pochettino supo tocar las teclas adecuadas para reforzar su equipo en defensa (Diallo y Danilo) y refrescar a conveniencia el ataque (Di María). El Barcelona empezó a no encontrar a Dembélé con tanta facilidad, Messi tenía mil ojos encima y Griezmann se perdió en su afán de ayudar en todos los lugares posibles. Sólo un pase de Alba entre líneas supuso una amenaza hasta que Marquinhos y Kimpembe se lanzaron como perros de presa a los pies de Messi para tapar todos los huecos posibles.

A Ronald Koeman ya sólo le quedaba la heroica, y envidó con Pjanic, Ilaix y Braithwaite para los últimos diez minutos. El cronómetro avanzaba sin piedad y ya no había red. La mala noticia es que toda la gasolina se había gastado en el frenesí ofensivo de la primera mitad y no quedaba material para unas últimas ráfagas que inquietaran a Navas. Pudo marcar Griezmann un disparo desde la frontal, pero no encontró la dirección correcta, igual que tampoco lo hizo un intento anterior de Icardi en el área de Ter Stegen. PSG y Barcelona se vaciaron y sin fuerzas en las botas, cerraron un partido a la altura de la Champions League, en el que los vencedores renovaron su candidatura al título y los perdedores se marcharon con honor de Europa hasta la temporada que viene.

Anthony Taylor fue avisado por el VAR del pisotón de Lenglet a Icardi a la media hora de partido que terminó siendo el penalti que anotó Mbappé. El colegiado inglés revisó la acción en el monitor y, aunque no hubo voluntariedad del central francés, la repetición no dejaba lugar a dudas. El penalti de Kurzawa a Griezmann fue chequeado brevemente, pero no necesitó de una posterior revisión.