Borussia M.-R. Madrid: Sobra orgullo y falta Mbappé

-B. MONCHENGLADBACH: Sommer; Lainer, Ginter, Elvedi, Bensebaini; Hofman, Kramer, Neuhaus, Stindl (Wolf 78'); Pléa (Embolo 78') y Thuram (Herrmann 69').

-REAL MADRID: Courtois; Lucas Vázquez, Ramos, Varane, Mendy; Valverde, Casemiro, Kroos (Modric 69'); Asensio (Rodrygo 81'), Vinícius (Hazard 69') y Benzema.

-ÁRBITRO: Orel Grinfeld. Amarilla a Stindl, Bensebaini, Elvedi y Casemiro

GOLES: 1-0, Thuram (32'); 2-0, Thuram (57'); 2-1, Benzema (86'); 2-2, Casemiro (93')

Premió Zidane al once que le salvó la vida en el clásico, incluido un solvente Lucas Vázquez por el lesionado Nacho. Y desde el principio se le intuyó acttud, hambre y una sonrisa en la cara de sus jugadores. Apretaban muy alto y recuperaban inmediatamente la pelota ante unos jugadores del Gladbach que perseguían fantasmas. Con velocidad y espacios volvió a verse a un Asensio cómodo, a un Casemiro ofensivo y a un dinámico Benzema. Los potros no podían desplegar el fútbol vertical ante un Real Madrid al que solo le faltaba coronar su notable despliegue con el gol. Pudieron marcar Benzema y Kroos, con un derechazo que Sommer desvió bien, pero el talón de Aquiles de este Real Madrid es la falta de pegada, rasgo histórico que ha perdido. Y en esas andaban cuando una contra de los alemanes terminó con un zapatazo de Marcus Thuram, hijo del exjugador azulgrana, que se coló por la escuadra. Primer disparo, primer gol, El Real Madrid había disparado diez veces, solo dos entre palos. El gol le incomodó y no volvió a ser el equipo fluido y dinámico de la primera era.

Salió apretando el Real Madrid y Asensio mandó al palo una volea, pero los síntomas eran lo mismos: poca claridad en los últimos metros y ninguno de cara a gol. El Monchengladbach se ordenaba bien atrás y salía con velocidad. Ante ese déficit de remate y último pase Zizou echó mano de Hazard y Modric, el primero va camino de ser el nuevo Kaká. Pero antes de que eso ocurriese, otra contra y el segundo disparo entre los tres palos del Gladbach suponía el segundo gol. Otro de Thuram. Es la diferencia de jugar con un delantero. El Real Madrid sumaba 16 disparos (cuatro a puerta) sin premio, los alemanes dos goles en dos. Y pudo ser peor si Courtois no evita el tercero en un mano a mano con Pléa, o si entra un disparo de Stindl que se fue por centímetros. El Real Madrid se complicaba la vida ante un equipo vertical, aseado en defensa y claro en la pizarra. Nada deslumbrante, pero muy efectivo, Enfrente un equipo romo, con Benzema desdibujado y Vinicius con su habitual cuchareo, ni pincha ni corta. Hazard desperdició una buena ocasión y el partido fue languideciendo. Un centro que se perdía fue rescatado en el segundo palo por Casemiro y Benzema lo convirtió en gol en el 86. Marcaban los blancos en la jugada más inspospechada, pero seguían dejando la sensación de ser un equipo huérfano en el área rival. Con Ramos ya mudado al área otro centro fue cabeceado por el de Camas al medio, donde apareció para marcar Casemiro, que segundos antes era el único central porque Varane y Sergio ya eran dos delanteros a la épica. El peso de la camiseta del Real Madrid y el de su escudo le dió un empate digno que enorgullece a este equipo, pero que habla muy mal de su desequilibrada plantilla. Esperando a Mbappé al Madrid le salvó el peso de su camiseta y el orgullo de sus jugadores.

Confirmó que el primer gol de Thuram se producía en posición reglamentaria y poco más.