¿Lo sabías? El ‘exilio’ de Bucarest trae el mejor recuerdo al Atlético

El Atlético vuelve a uno de sus teatros de los sueños particular: el estadio Nacional de Bucarest donde se proclamaron campeones de la Europa League, o lo que es lo mismo: el primer gran trofeo de esta era dorada con Diego Pablo Simeone como líder nato y entrenador del equipo.

El 9 de mayo de 2012 se vivió una final europea entre dos equipos españoles: el Atlético de Madrid ejercía de local ante el Athletic Club entrenado por Marcelo Bielsa y con actuaciones memorables en las rondas previas como su triunfo ante el Manchester United.

El recién estrenado estadio Nacional de Bucarest albergó su primera gran cita internacional, con un lleno absoluto de 52.347 espectadores y con dos equipos con hambre de gloria. Pero el más hambriento fue el delantero colombiano Radamel Falcao, quien vivía entonces los mejores días de su carrera. En menos de media hora él puso el 2-0 y sentenció la final. El brasileño Diego Ribas puso el 3-0 definitivo ante un decepcionante Athletic.

Este colosal estadio rumano, uno de los pocos de Europa con cubierta retráctil y ampliable a 63.000 espectadores, vivió la primera gran noche del cholismo. Dos años después La Luz de Lisboa y San Siro de Milán casi vieron ganar al Atlético la Champions League. Pero el Real Madrid lo impidió. Por eso Bucarest y su Estadio Nacional, son el mejor recuerdo para esos atléticos que pocos años antes, en Hamburgo, ya vieron a su equipo volver a ser grande de Europa ganando al Fulham la Copa de la UEFA.

El máximo organismo europeo ha decretado que sea este estadio rumano el elegido para este duelo de octavos de final de la Champions League. Un exilio forzoso para ambos equipos debido al estricto protocolo anti Covid-19 que está afectando a todo el fútbol europeo.

Será a puerta cerrada pero si tiene que ser lejos del Metropolitano, mejor en un estadio que tan buenos recuerdos trae al Atlético de Madrid y a su historia reciente.