Los jueves de Luis Villarejo: Koeman y su circunstancia

El club es el reflejo de su entrenador. Su exposición reiterada ante la avalancha obligatoria de partidos no le dan respiro. De hecho, hay una corriente de técnicos que desearían ´descansar´de salir a las conferencias seis veces a la semana y mandar a su ayudante para rebajar tensión. De momento, no lo han conseguido y su portavocía diaria es obligatoria.

En este escenario actual del fútbol, los jugadores siempre salen de rositas, evaden su parte alícuota de responsabilidad y el entrenador asume el riesgo. Disparar al pianista es el el deporte nacional. Yo soy yo y mi circunstancia, razonó Ortega y Gasset. Ronald Koeman, parafraseando a nuestro filósofo y ensayista, es víctima de su trabajo, pero también de su circunstancia. De la marcha de Messi, que podía maquillar situaciones extremas, o de la angustia económica que no ha permitido encontrar fichajes relevantes.

Pendiente de su futuro, Koeman ha hecho lo que ha podido. Con una plantilla, lejos del nivel del equipo en el que él jugó y se ganó su derecho a ser leyenda del club, con su gol en la Copa de Europa que abrió el camino al gran club del siglo XXI, Koeman ha movido el árbol, pero el talento no surge por generación espontánea.

El fútbol es voluble y no tiene memoria. Pero se da la paradoja que cuando algún día se eche la vista atrás y jugadores como Gavi o Nico sean famosos, al tirar el público de currículum se encontrarán con que fue Koeman quien les hizo debutar en Primera división.

Triunfarán con Xavi o con quien el destino les ponga en el banquillo, pero será Koeman quien saldrá en las hojas de vida de estas dos grandes promesas del Barça. Lo mismo ocurre con Ansu Fati, un niño al que el mundo del fútbol espera con alegría por su entusiasmo, por el fútbol que transmite y por su sonrisa permanente a pesar de los palos que le ha dado la vida con una lesión que por fin acaba. A Ansu Fati le hizo debutar Ernesto Valverde. Nadie se acuerda. Valverde salió también zarandeado, pero en su CV, ahí está su legado. Puso a Ansu Fati en el equipo siendo un adolescente.

El entrenador es la piedra angular de cualquier proyecto serio. Joan Laporta lo sabe. No ha podido tener el suyo por razones de límites en su coste salarial, pero una vez que se designa a un técnico, hay que ir siempre a su lado hasta que los resultados y la paciencia se acaben.

Comienza a ser agotador ver justificar a Koeman intentar explicar por qué pierde el equipo. Es muy duro ver a un entrenador de un gran club en esa atmósfera. En el fútbol se pierde más que se gana, me dijo un día un futbolista que jugó en grandes clubes. Pero aún así, es duro aceptar argumentos de todo tipo para ver el declive de un equipo top y además ver resumido todo en la frase perversa ´es lo que hay´.

Son horas en el Camp Nou de estudiar en el Camp Nou si se corta la sangría por el lado más fácil, que es el entrenador de turno. Hay un partido ahora importante ante el Atlético de Madrid y luego dos semanas libres por los partidos de selecciones. Parece ese un marco adecuado para el cambio si finalmente destituyen a Koeman.

Laporta, en cualquier caso, como dijo el club después de caer ante el Benfica, no quiso actuar en caliente. Pero tampoco debe caer en el error de consultar a los jugadores por el futuro entrenador. El día que un presidente entrega las llaves del vestuario a la plantilla, entra en una montaña rusa, imposible de detener.

Xavi Hernández va a ser un gran entrenador. Ha vivido una experiencia brutal en Qatar. El entorno se queda siempre con lo anecdótico. Pero a ser entrenador se aprende también. Aunque seas una estrella como él. También Xavi necesitaba metodología. Ha sido una de las experiencias más importantes de su vida. Y ha adquirido fundamentos de confeccionar equipos de trabajo en Doha. Lo podrá explicar él mismo algún día, si a alguien le interesa el fútbol de verdad.

Raúl, ahora en el Castilla, dio sus primeros pasos en Doha al lado de Roberto Olabe, el gran ideólogo de la gran Real Sociedad, que ahora asombra en LaLiga. Olabe ayudó a Raúl en la Academia Aspire, el gran centro de formación que dirige Iván Bravo. Y el mismo camino recorre ahora Xavi.

No todo es casualidad. Xavi está acabando su formación. Y no necesita llamadas ni recomendaciones de nadie para entrenar al FC Barcelona. Su ideario es clave, el juego de posición es su vida, sus apuestas serían rotundas desde el inicio y una reflexión es clara. Si Xavi es el elegido y todos los caminos conducen a él, que lo fichen ya. Que no tiren de transiciones que al final queman a los personajes. Xavi es patrimonio del FC Barcelona.