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Los miércoles de Antonio Sanz: El cholismo renace en Old Trafford

Antonio Sanz

Publicado 16/03/2022 a las 09:27 GMT+1

El Atleti de la última década reapareció. En la mítica catedral inglesa resurgió un equipo avalado por su portero, con tres centrales sin opción al fallo, dos laterales con recorrido, un centro del campo peleón y con control y dos puntas ágiles y solidarios. El resto lo puso un Manchester United que se mostró cándido en su área y romo en la ajena.

Diego Simeone

Fuente de la imagen: Getty Images

Un mes después hemos vuelto a presenciar al Atleti de Simeone más reconocible. La noche del pasado 16 de febrero, la fatídica noche del Levante, resultó un momento crítico para el cuerpo técnico y la plantilla. Tanto que la propiedad del club, a golpe de corneta, trató de resucitar a un grupo que había perdido la fe. Después de aquella reunión vespertina, se han sucedido seis partidos con un balance de cinco victorias y un empate (en la ida ante el ManU). Con buenos momentos en este periodo, el técnico ha recuperado la confianza de los jugadores que mantenía proscritos, al tiempo que ha logrado que los futbolistas se muestren con una autoestima que parecía perdida. En los octavos de la Champions, los pupilos del Cholo eliminaron a los diablos rojos siendo mejores, recuperando viejas consignas, con una solidaridad defensiva que parecía aparcada y rematando al rival con las escasas oportunidades de gol creadas. Al más puro estilo ‘Cholista’, el Atleti continúa vivo en Europa.
El Manchester United se había convertido por derecho propio en uno de los ogros del Fútbol contemporáneo. El aire optimista que se respiraba entre la expedición rojiblanca se resolvía gracias a la irregularidad que ha arrastrado al equipo de Old Trafford desde la salida de Sir Alex Ferguson del cuerpo de mando. Ninguno de sus sustitutos, después de un absolutismo de casi 27 años, ha podido si quiera acercarse al control total que manejó el sabio escocés. Ni Moyes, a quien designó como sustituto, ni una leyenda interina como Giggs, ni dos todoterrenos como Van Gaal y Mourinho o más tarde otro ex jugador como Solskjaer. Todos han sucumbido desde julio de 2013. En esta década, los ingleses aparentan ser menos diablos con una cosecha de tres títulos menores ganados. Ni una Champions, ni una Premier han vuelto a las laureadas vitrinas del gran club del norte de Inglaterra. Se han limitado a celebrar una Copa de Inglaterra, una Europa League y una Copa de la Liga.
Rangnick preparó el partido con una premisa: no conceder el primer gol. El técnico germano se cansó de explicar a sus jugadores que los madrileños son un conjunto a quien no le importa que el rival tenga la pelota. En sus últimos partidos contaban con menos de la mitad de la posesión. La labor defensiva del ManU precisaba de un único mandamiento: evitar encajar goles, además de tratar de marcar primero. La cara de Oblak evitó la consigna marcada en un esfuerzo local que duró treinta minutos. Desde ese instante, crecieron los mediocampistas rojiblancos, se adueñaron del balón y trenzaron dos acciones de ataque que acabaron en gol (una resultó anulada por fuera de juego). Lodi, a pase de Griezmann, en jugada de Joao Félix y con el transporte de De Paul solventaron la acción que dio lugar a la victoria. Luego tocaría defender.
Cristiano Ronaldo se vestía en la previa al alza. Llegaba al partido que daba miedo. Antes del hat-trick logrado ante el Tottenham, el portugués había recibido una severa crítica mediática de parte de los tabloides ingleses, quienes vapuleaban al crack que atravesaba por la peor racha de su carrera deportiva. De nada servían los 15 goles que acumulaba durante estos meses de la temporada, con un espléndido registro de seis goles en seis apariciones en la Liga de Campeones. En la Premier, reunía nueve dianas. Sin embargo, esas cifras arrastraban un pero. En 2022, en nueve encuentros previos al duelo frente a los londinenses, sólo había logrado un gol. El pasado sábado, CR7 se exhibió con todos los registros imaginables para un goleador: de disparo lejano desde fuera del área, fusilando en boca de gol y de remate de cabeza a la salida de un córner. Cristiano esperaba al Atleti con ganas porque los rojiblancos le ponen especialmente. Sin embargo, observamos que lo del día de los Spurs resultó la excepción y que ante los de Simeone revivimos al CR7 romo del presente año natural.
Bruno Fernandes salía del Covid y, cuando parecía descartado, terminó vistiéndose de corto. Rangnick completó la pésima noche del ManU con la decisión de reemplazarlo. Unos minutos después, relevaría a Maguire, un seguro de vida en las acciones aéreas a balón parado. Si el técnico alemán eliminaba primero el talento para aportar físico con la entrada de Pogba para después desterrar a un hombre físico y devolver calidad al césped (entró Juan Mata), su oponente argentino tiraba del pasado para sacrificar a Griezmann en banda para unirse al manual grupal de defensa. La novedad, repetida en el último mes, se centra en la nueva posición de Joao Félix como delantero centro. Esta demarcación contenta al luso, que se siente liberado en la obligación de correr hacia atrás. El resto de los soldados se limitaron a cerrar huecos, evitar espacios y participar de la intensidad necesaria para sentirse valientes y protagonistas del evento. En Old Trafford renace el Cholismo más puro y más viejo. La secuencia es meridiana: la bola del Atleti ocupa un lugar en el sorteo de la siguiente ronda.
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