Repesca Rusia 2018, Irlanda-Dinamarca: Eriksen no podía faltar (1-5, global 1-5)

1 - Irlanda: Randolph; Ward, Clark (Long, m.71), Duffy, Christie; Meyler (Hoolahan, m.46), Hendrick, Brady, Arter (McGeady, m.46), McClean; Murphy.

5 - Dinamarca: Schmeichel; Bjelland, Kjær, Christensen; Stryger Larsen (Ankersen, m.54), Delaney, Kvist, Poulsen (Cornelius, m.70), Eriksen; Sisto, Jørgensen, (Bendtner, m.84).

Goles: 1-0, m.6: Duffy. 1-1, m.29: Christensen. 1-2, m.32: Eriksen. 1-3, m.63: Eriksen. 1-4, m.74: Eriksen. 1-5, m.90: Bendtner.

Árbitro: Szymon Marciniak (Polonia). No amonestó.

Incidencias: Partido de vuelta de la repesca para Rusia 2018 disputado en el Aviva Stadium de Dublín ante 51.600 espectadores.

El "hat-trick" del elegante jugador del Tottenham Hotpurs puso la guinda a la remontada de los escandinavos, que comenzó con el gol de Christensen tras una gran internada, con caño incluido, del atacante del Celta de Vigo Pione Sisto, otro de los destacados hoy en el Aviva Stadium.

Selló la "manita" para Dinamarca el veterano Nicklas Bendtner, quien transformó un penalti cometido sobre él mismo con el tiempo ya casi cumplido y dejaba muy lejano el gol con el que Irlanda abrió el marcador y soñó con Rusia durante casi media hora.

Ambos equipos mejoraron su imagen respecto al empate a cero de Copenhague, con los visitantes encerrados entonces y los locales impotentes ante el muro verde, y hoy ofrecieron una primera mitad vibrante. Se adelantó Irlanda a los seis minutos de juego a través de su central Shane Duffy, quien aprovechó un mal despeje de la defensa danesa a un saque de falta de Robbie Brady para rematar de cabeza a la red.

La selección que dirige Martin O'Neill había salido cauta, con cinco medios por detrás de un único punta, entregando el balón a Dinamarca, pero dispuesta a lanzarse al ataque con decisión, lo que no hizo en la ida. Con ventaja en el marcador y en la eliminatoria, Irlanda dio un pequeño paso atrás, lo que aprovechó primero William Kvist y un minuto después Sisto para poner a prueba al meta Darren Randolph, quien rechazó con solvencia dos duros disparos. Recuperada la compostura, los locales se reagruparon y esperaron a una necesitada Dinamarca para robarle el balón y salir al contraataque.

De esa manera el delantero Daryl Murphy casi remata a gol un centro desde la derecha de Crus Christie, mientras que a James McClean se le fue rozando el poste un tiro cruzado, tras desbordar al lateral danés por la banda izquierda. No obstante, tres nuevos minutos de desorden, entre el 29 y 32, desencadenaron la reacción de los hombres dirigidos por el noruego Aage Hareide, que se fueron ya al descanso con la eliminatoria encarrilada.

Primero remató un pase de Sisto y Eriksen después culminó una preciosa jugada al contraataque trenzada con Yussuf Poulsen, Nicolai Jørgensen y rematada con tiro preciso y lejano del futbolista del Tottenham.

O'Neill introdujo cambios ofensivos en la segunda mitad con la entrada del veterano extremo Aidan McGeady y el medio atacante Wes Hoolahan, pero esta Irlanda está diseñada para defender y Dinamarca enseguida le encontró las costuras a poco que los locales fueron a buscar lo imposible. Sisto y Erisken siguieron probando desde lejos a Randolph, con más precisión para el segundo, quien redondeó su actuación con dos goles más.

Con esta victoria, Dinamarca regresa a una Copa del Mundo por quinta ocasión, después de sus participaciones en México 1986, Francia 1998, Japón y Corea 2002 y Sudáfrica 2010.

En todas ellas, a excepción de su última, los escandinavos superaron la fase de grupos, con choques legendarios como el de octavos de final ante España en Querétaro (México), en el que cayeron en la tanda de penaltis. El grupo entrenado por Hareide no se parece al de Morten Olsen, los hermanos Laudrup y compañía y se ha caracterizado hasta hoy por emplear un 4-3-3 en el que el juego pasa poco por la medular y llega rápido a la delantera, a la que asiste por detrás Eriksen.

El atacante del Tottenham volvió a guardar las espaldas de Nicolai Jørgensen y Sisto, pero el técnico sorprendió al salir con tres centrales en un 3-5-3 inusual hasta este partido. Hareide tomó nota de la ineficacia del sistema desplegado en la ida en Copenhague para derribar finalmente el muro irlandés.