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Así juega España sin su ADN Barça

Eurosport
PorEurosport

Actualizado 20/06/2013 a las 23:48 GMT+2

Por primera vez en años, la selección que dirige Vicente del Bosque no se caracterizó por tener una mayoría de jugadores culés en su once. Eso se notó en el juego de la selección campeona del mundo y de Europa, que aunque no dejó de golear a Tahití tal y como se esperaba, sí mostró un estilo de fútbol muy diferente.

Silva, Torres, Mata y Navas celebran un gol de España

Fuente de la imagen: EFE

Estaba claro. El encuentro que iba a disputar España contra Tahití tenía que servir para que Vicente del Bosque hiciera todo tipo de pruebas ante un rival frágil que, eso sí, tenía la oportunidad de disfrutar de un escenario histórico como el estadio de Maracaná. Así lo entendió el seleccionador nacional, que alineó un once de inicio atípico en el que tan solo figuraba David Villa de entre todos los jugadores del Barcelona que se han caracterizado en los últimos años por copar los puestos titulares de La Roja.
Con Reina; Azpilicueta, Albiol, Sergio Ramos, Monreal; Javi Martínez; Cazorla, Silva, Mata; Villa y Torres saltó España al terreno de juego de Maracaná para afrontar un encuentro en el que la única motivación era intentar conseguir la mayor goleada de su historia -hasta el momento, y sigue vigente, está en un 13-0 a Bulgaria-. La ausencia de jugadores como Xavi Hernández o Andrés Iniesta se notó y mucho en el juego de la selección española. Su juego cambió la horizontalidad de la posesión por los ataques directos, aprovechando una adelantada defensa de Tahití que permitía los avances de Fernando Torres sin ninguna oposición.
De esta manera se abrió el marcador en minuto 4 de partido siendo también este tipo de jugadas la tónica habitual de un equipo en el que el centro del campo lo formaban jugadores como Silva, Cazorla o Mata, que durante años llevan esperando poder ocupar un hueco imposible teniendo por delante a los líderes de la generación más exitosta del fútbol español.
Sueño en la siesta
Lo cierto es que debido al bajo nivel de la selección de Tahití, 'cenicienta' de la competición, España se permitió el lujo de relajarse sobre el césped. En un encuentro en el que hubo una decena de goles, el segundo no llegó hasta la media hora de juego debido precisamente a esta circunstancia, que se rompió precisamente gracias a la reivindicación que hizo Villa del juego de España y el Barça. El asturiano se coló en la frontal y metió el balón para la llegada de Silva desde la segunda línea, siendo esta una de las pocas jugadas de verdadera triangulación que la selección española tuvo que hacer en todo el encuentro.
La estadística, comparada con el encuentro en el que España dio una lección de su juego más característico ante Uruguay, deja claro el cambio de cara que hace España con jugadores del Barça y sin ellos. Ante Tahití, y a pesar de meterle hasta diez goles, la selección de Vicente del Bosque tuvo un dato de posesión inferior al del primer encuentro de la Copa Confederaciones e incluso llegó a cometer más faltas, circunstancia que se relaciona con la falta de balón y la necesidad de defender.
Infografía España sin ADN Barça
Autocomplaciente en momentos del partido y lanzado en otros en parte por los abucheos del público brasileño, España tuvo suficiente para demostrar que su Cara B también carbura y ofrece alternativas. La exigencia de este examen, eso sí, no cuenta para nota.
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