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Historias y leyendas que hacen de la Copa de África un torneo único

David Orenes

Actualizado 18/06/2019 a las 22:21 GMT+2

El próximo mes de junio arranca una nueva edición de la Copa de África, un torneo con más de 60 años de una historia llena de emociones que la convierten en inigualable. Sobran los motivos para disfrutarla en Eurosport.

Copa de África

Fuente de la imagen: Getty Images

Antes que la Eurocopa

Aunque el fútbol africano se desarrolló mucho más tarde que en Europa o América, su competición continental surgió antes (tres años) que la mismísima Eurocopa. Nació a la par que la Confederación Africana de fútbol, fundada en Lisboa en 1956, mientras se celebraba el tercer congreso de la FIFA. Solo cuatro países se disponían a participar en aquel torneo, los mismos que habían fundado la CAF: la anfitriona Sudán, Egipto (el primero que participó en Juegos Olímpicos y Mundiales), Etiopía y una Sudáfrica que sería descalificada a causa del Apartheid (se negó rotundamente a cambiar su política de exclusión de jugadores de raza negra del equipo nacional).
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Egipto, campeón de la primera edición de la Copa África, en 1957

Fuente de la imagen: Eurosport

Así, solo se disputaron dos partidos en la primera edición del torneo, que ganó Egipto al golear en la final a Etiopía (4-0) con un póker de Ad-Diba, delantero que 11 años después se dedicaría al arbitraje. La Copa de África tuvo tanto éxito que se convirtió en un evento bianual y fue aumentando en participación conforme las naciones africanas lograron la independencia de los colonos. Desde el principio se convirtió en una herramienta para demostrar la capacidad de autonomía y en altavoz para una ideología nacionalista que había calado hondo en todo el continente.

Egipto, la más laureada

Los faraones, que conquistaron las dos primeras ediciones, tienen más trofeos (7) que cualquier otro país. Tuvieron que pasar 27 años para lograr la tercera, en 1986, al derrotar a Camerún en la tanda de penaltis. En 1998 cayó la cuarta antes de conquistar tres consecutivas entre 2006 y 2010, todas con el mito Essam El Hadary bajo palos.
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Egipto levanta el trofeo de campeón de la Copa África 2010

Fuente de la imagen: Getty Images

Pese a sus éxitos en el torneo continental, Egipto no disputó ningún Mundial entre 1994 y 2014. Reapareció en Rusia ya con un mermado Mohamed Salah liderando el ataque. La estrella del Liverpool ha sido nombrado mejor futbolista africano en los dos últimos años y apunta a ser una de las grandes atracciones de la Copa africana de 2019 celebrada en el país que le vio nacer.

La tercera del mundo

La Copa africana de Naciones es considerada desde hace años el tercer mejor torneo continental a nivel de selecciones, solo por detrás de la Eurocopa y la Copa América. A años luz de la Copa Asiática, la Copa de Oro (que engloba a los países del norte y el centro de América) y la Copa de Oceanía, el nuevo siglo le abrió las puertas a un crecimiento que prosigue hasta hoy.
Se ha convertido en un campeonato de repercusión mundial gracias a la globalización, que ha permitido el salto de jugadores africanos a grandes ligas europeas, muchos de ellos convirtiéndose con el paso del tiempo en figuras de primer nivel. Quien se asoma a ver la Copa África lo hace con el convencimiento de que disfrutará de la magia de cracks como Aubameyang, Salah, Mané o Riyad Mahrez, todos ellos jugando actualmente en la Premier League.
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Egypt's forward Mohamed Salah prays during the Russia 2018 World Cup Group A football match between Russia and Egypt at the Saint Petersburg Stadium.

Fuente de la imagen: Eurosport

Pero no solo de estrellas vive el espectador, que siente como cercano un torneo en el que militan futbolistas conocidos en su propio país. En Villarreal vibrarán con Toko Ekambi, los atléticos se alegrarán de los éxitos de Thomas Partey; y Girona y Málaga pelearán porque el portero titular de Marruecos sea el suyo y no otro. Esta vez la Copa se disputa al finalizar la temporada, por lo que ningún club llorará por la ausencia de uno de sus jugadores más importantes, sino que aplaudirá cada acción que le revalorice.

Siempre imprevisible

Pero si algo ha caracterizado desde siempre a la Copa Africana es la emoción de no saber qué ocurrirá ni quién será el ganador final. Prueba de ello es la variedad de campeones o finalistas en el palmarés histórico, sin un dominador claro. Rara es la vez que el favorito conquista el trofeo, el anfitrión no tiene las de ganar (lleva sin triunfar uno desde 2006) y en las últimas cinco finales han participado ocho selecciones diferentes y han levantado el título cinco selecciones distintas.
La mayor demostración fue la edición de 2012, cuando la insospechada Zambia de Hervé Renard venció en la final a la favoritísima Costa de Marfil de Didier Drogba (que falló un penalti en la segunda parte) para conquistar la primera Copa de África de su historia. Lo hizo sin estrellas, 19 años después de una tragedia que sacudió el fútbol africano. Camino de Senegal, el avión de la selección de Zambia se hundió en el océano Atlántico. Solo se salvó el capitán, Kalusha Bwalya, presidente de la federación en el momento del histórico triunfo.
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Recuerdo a las víctimas del accidente aéreo en 1993

Fuente de la imagen: Imago

Contar con los más contrastados jugadores no asegura la victoria. Drogba, un mito en el Chelsea y considerado uno de los mejores delanteros del mundo en este siglo, jamás logró el título. Disputó cinco ediciones, perdió dos finales y justo cuando se retiró llegó la segunda Copa para Costa de Marfil en toda su historia. Fue en 2015, con Hervé Renard en el banquillo, el mismo que les había arrebatado la gloria con Zambia solo dos años antes.

Sello de identidad

Decíamos al principio que la Copa de África ha sido utilizada por cada uno de los países organizadores como instrumento político, primero por la independencia de los colonos y demostrar su potencial al exterior. Y no hay altavoz mayor para expandir la cultura de una región y un continente que el fútbol. Lo vimos en el Mundial de Sudáfrica, el más colorido y ruidoso de la historia, y lo vemos en cada edición del torneo continental. Las bubucelas, la cercanía de sus gentes, los bailes, las pinturas… Ir a un estadio africano es adentrarte en otro mundo, muy lejos del nuestro.
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Los aficionados africanos llenan las gradas de colorido

Fuente de la imagen: Getty Images

África es considerada la ‘alegría del fútbol’ y lo es tanto en las gradas como en el césped, donde suele reinar la improvisación. La llegada de técnicos europeos a los banquillos ha mejorado tácticamente a las selecciones más poderosas, pero muchas veces el caos se impone a la cordura. Probablemente sea el único torneo en el que un jugador de quinta división pueda ganarle a la estrella de un grande de Europa. En la Copa África hay sitio para que convivan el profesionalismo y el amateurismo en estado puro.
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