El espíritu de Juanito ganó a la furia de Luis en el otro derbi

El tiempo, desapacible; la hora, mala; y los precios, quizá prohibitivos para la que está cayendo, convirtieron el Santiago Bernabéu en un estadio con demasiados asientos vacíos. De hecho, cinco minutos antes del comienzo, el coliseo del Real Madrid presentaba un aspecto desolador. Al final, con el partido arrancado, la gente fue llegando aunque finalmente los 74.278 espectadores confirmaron que poner una semifinal copera a las 20:00 horas es una mala idea.

Eso sí, los aledaños del estadio madridista se convirtieron en un grito unánime contra una marca de refrescos que acaba de despedir a unos cientos de trabajadores. Una manifestación en toda regla, apoyada por el aficionado de a pie, fue el preludio de lo que iba a ocurrir en un partido donde el bullicio ganó al fútbol. Curioso que dicha marca de refrescos sea una de las que se postula como posible patrocinador del estadio merengue.

La afición madridista demostró su señorío guardando un sepulcral minuto de silencio por Luis Aragonés, mito rojiblanco fallecido días atrás. Eso sí, una vez terminado el homenaje, los pitos a los rojiblancos, con especial ‘recuerdo’ para Diego Costa y Simeone, acompañaron al frío hasta el comienzo del partido.

Pese a que el rival era el Atlético, la afición madridista también se acordó de otro equipo rojiblanco. Iniciado por la nueva grada de animación, el campo un clamor contra el Athletic, y en especial a los jugadores que provocaron la expulsión de Cristiano y la posterior sanción de tres encuentros.

Un derbi no es tal sin los piques entre los jugadores de uno y otro equipo y los jugadores más guerreros intercambiaban bailes con sus rivales. Costa y Pepe, Xabi Alonso y Raúl García, Arbeloa y Koke tuvieron sus rifirrafes. Pero entre tanto pique emergieron Cristiano Ronaldo y Diego para dignificar el 'fair play'. Una dura entrada del brasileño al luso, que dejó a Cristiano dolorido, no solo no pasó a mayores sino que acabó con un abrazo entre ambos. Este buen rollo también se plasmó entre aficionados de ambos equipos, que salvo casos extremos, vivieron hermanados el partido.

Hubo una ausencia destacada por encima del resto. Y aunque Jesé demostró que es una estrella, lo cierto es que los aficionados madridistas comentaban en corrillos la nueva baja de Bale. Y es meses después el aficionado al fútbol se pregunta si Bale vale lo que se pagaron lo cierto es que la tienda del Madrid hacía su agosto vendiendo camisetas del galés, a 96 euros.

Si en la primera parte Mono Burgos, segundo entrenador del Atlético, tuvo un problema con el cuarto árbitro al que le mostraba una cerveza, teniendo sus más y sus menos, en el tramo final la parroquia blanca se acordó (para mal) de Simeone y este les respondió con sorna en forma de aplausos para cerrar un partido que el Madrid ganó por el empuje de su afición en un día donde Juanito le ganó el otro derbi a Luis Aragonés, pero que promete una revancha próxima entre dos grandísimos equipos.