Eurocopa 2020, Inglaterra-Dinamarca | 55 años no son nada: La envenenada oportunidad británica

PorGuillermo De Marcos

Actualizado 07/07/2021 a las 16:01 GMT+2

Inglaterra se juega el acceso a la final de la Eurocopa ante Dinamarca y con Wembley como respaldo motivador. El combinado británico tiene ante sí una oportunidad de oro para romper una sequía que dura más de medio siglo, jugar una final de un torneo grande. La única data de 1966, precisamente en el Mundial que organizó el país inglés. Una fecha que ya queda demasiado lejos.

Inglaterra en Wembley

Fuente de la imagen: Getty Images

Cincuenta y cinco años. Medio siglo y un lustro desde que Inglaterra alcanzara la única final de su historia, en casa y con el posterior triunfo en la final del Mundial. Desde entonces, tres semifinales, y ninguna con resultado positivo. Varias generaciones que no saben lo que es ver jugar una final de la selección su país, los inventores del fútbol. Demasiado tiempo de espera.

Y es que de los cuatro semifinalistas, dos de ellos saben lo que es ganar en este siglo. Italia y España tienen menos hambre de triunfos que el combinado británico. Pero hasta Dinamarca, con una Eurocopa en sus vitrinas, la de 1992, tiene más reciente la imagen del éxito que añora Inglaterra. Un constante carrusel de proyecto e intentos fallidos, con equipos de categoría y jugadores de talla mundial, que una y otra vez se han tenido que ir antes de tiempo para casa.

Ucrania-Inglaterra

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Rusia, la primera piedra

El nuevo proyecto dio inicio en el pasado Mundial de Rusia, con un Gareth Southgate que pese a no ser la primera opción, fue ganando en credibilidad con el paso de los partidos. Inglaterra venía de caer de forma estrepitosa ante Islandia en la Eurocopa de Francia de 2016 y el cambio en el banquillo era obligatorio. Sin un juego superlativo, los 'Three Lions' lograron acceder a las semifinales del Mundial, aunque finalmente y de forma cruel Croacia acabaría con sus aspiraciones de volver a una finalísima.

Inglaterra fue eliminada contra Islandia en la Eurocopa de 2016

Fuente de la imagen: Getty Images

Pese a ello, se habían sembrado las semillas para poder recoger los frutos del éxito en citas posteriores. Esta Eurocopa ha sido la de la consagración de la Inglaterra de los jóvenes talentosos y la solvencia de una escuadra muy trabajada. Una trayectoria envidiable sin haber recibido gol y encontrando portería en el momento decisivo, en las eliminatorias. No obstante, el devenir de un país y la liberación de poder llegar a una final tiene dos enemigos: Dinamarca y la presión.

Jugar en casa no es sinónimo de éxito. Al menos no se ha demostrado en los últimos torneos de la más alta exigencia, tanto a nivel de clubes y de selecciones. El escenario parece demasiado perfecto. Buenas sensaciones, resultados óptimos, rival accesible y ejercer como anfitrión. Todo ello, a priori beneficioso, se puede volver en contra de Inglaterra. Las expectativas tras eliminar a Alemania han subido a su máxima expresión, por lo que no alcanzar la final podría suponer una mazazo de dimensiones incalculables. En conclusión, poco que ganar y mucho que perder.

Todo lo contrario que Dinamarca, una selección que se ha colado en una fiesta a la que no parecía estar invitada. Como en 1992, cuando acabó conquistando la Eurocopa tras ser repescada a última hora por la expulsión de Yugoslavia. Ingredientes suficientes para plantearse la opción de un ‘maracanazo’ a la europea que podría dar una estocada mortal a la ilusión de todo un país. Y es que 55 años son demasiados para una selección que tiene una oportunidad de oro, pero que sabe de la exigencia a la que está sometida. Ganar y respirar o perder y despeñarse. Todo en noventa minutos.