Euro 2020, Inglaterra-Dinamarca: ¿Lo sabías? La noche en la que Allan Simonsen asaltó la fortaleza de Wembley

Dinamarca parece una selección hecha para las Eurocopas. Además de su éxito en 1992, cuando ocupó a última hora el lugar de Yugoslavia y protagonizó una de las historias más inesperadas de la historia del torneo, los daneses se afianzaron en el mapa futbolístico durante la década anterior, cuando en una noche de septiembre de 1983 Allan Simonsen asaltó la fortaleza de Wembley. Su gol de penalti supuso un doloros 0-1 ante más de 80 000 personas que terminó valiéndole a Dinamarca no sólo su primera victoria ante Inglaterra, sino también su pase a la Eurocopa de 1984 como primera de su grupo de clasificación.

Sepp Piontek era el seleccionador danés en aquella época, ayudando a Dinamarca a dar un salto adelante que permitió que el prototipo de lo que luego fue la Dinamita Roja empezara a codearse con las grandes selecciones. Un año antes, en septiembre de 1982, Inglaterra salió de Copenhague con un serio aviso, un 2-2 que la prensa británica no analizó convenientemente, pero sí Bobby Robson. "Habría sido una parodia de la justicia si hubiéramos ganado. Fueron un equipo brillante", dijo con su elegante flema británica el técnico que guiaba a los pross.

Hoy es fácil encontrar en Dinamarca balcones engalanados con la bandera nacional. El triunfo de la Eurocopa de 1992 y la racha triunfal del equipo de Kasper Hjulmand tras sobreponerse a la baja de Christian Eriksen hacen que todos remen a favor de la selección, pero en 1983 el apoyo no era tan masivo, y el equipo luchaba por darse a conocer.

Una mano de Phil Neal en el área pasada la media hora provocó el penalti que transformó Allan Simonsen en "el día más oscuro de mi carrera", según lo catalogaba Robson. Simonsen, que acababa de abandonar el Barcelona para poner rumbo al Coventry, confesó a la radio danesa DR que ése fue "el punto culminante de mi carrera en la selección. No importa qué títulos de clubes hayas ganado, es tu país lo que tienes en tu corazón y eso es lo más importante".

Además de Simonsen, Ole Kjaer fue el otro gran héroe bajo palos de aquel partido histórico gracias a una parada en el último minuto a Luther Blissett que evitó el empate. Al terminar el partido, todos los jugadores daneses formaron una montaña humana sobre Kjaer. Aquella misma noche, Bobby Robson puso su cargo a disposición de la FA, proponiendo a Brian Clough como su sucesor, pero la federación la rechazó por desconfianza hacia la figura de Clough.

Esa noche de septiembre supuso la única derrota de Robson en partidos de clasificación para grandes torneos, mientras que para Dinamarca supuso un trampolín que llevó al equipo hasta las semifinales de la Eurocopa, a la que no accedió la selección de los tres leones. La selección española fue la encargada de poner fin al sueño danés en 1984 tras empatar Maceda el gol inicial de Lerby y no fallar en la tanda de penaltis. Este miércoles, Kjaer, Delaney, Damsgaard y compañía intentarán revivir aquella pesadilla para el fútbol inglés en el nuevo Wembley.