Fútbol | Los viernes de Iván Castelló: El otro intento parisino de ‘grandeur’ fue un fracaso

Ese fue el actual Racing Club de France Colombes 92, modesto sucesor de lo que llegó a ser el primer club de fútbol de París, para nada este PSG de los millones del Monopoly del petróleo. Desde 1882 dando guerra, el equipo parisino por excelencia fue este Racing de París que ahora se desangra en el Championnat National 3 (como una quinta división) con un estadio con mucha historia, eso sí, a su disposición, el Yves-Du-Manoir de Colombes, sede del Mundial de 1938 y de los Juegos Olímpicos del 24.

Porque el Matra Racing de París fue un adelantado a otra época, la actual donde ya no se mira con reparos a la irrupción de las corporaciones y los millonarios con tal de ganar de cualquier manera. Ese modelo, el del talonario y tentetieso, lo aplicó sin rubor en los ochenta el industrial Jean-Luc Lagardère (fallecido en 2003), quien era el hombre de las carreras de caballos y de coches por excelencia en Francia, CEO de Matra y prohombre de Las 24 Horas de Le Mans. Posteriormente fue un poderoso empresario de los medios de comunicación franceses.

Su primer galáctico fue el delantero argelino Rabah Madjer para subir desde Segunda en la temporada 1983/84. A Madjer (luego famoso por el gol de tacón al Bayern en la final de la Copa de Europa del 87) le siguieron los uruguayos Enzo Francescoli y Rubén Paz, el alemán Pierre Littbarski, el holandés Sonny Silooy y el español Daniel Solsona e internacionales franceses como Luis Fernández , Maxime Bossis o Thierry Tusseau. Y les llegó a entrenar la temporada 1987/88 el portugués Artur Jorge, el más reputado técnico del momento.

No cayeron títulos, pero sí cierto espectáculo, en especial con Francescoli (el futbolista fetiche de Zinédine Zidane y su hijo Enzo da fe de ello), y un triunfo memorable en Liga ante el rival vecino, el PSG, por 1-2 con los dos goles firmados por el uruguayo. Luego, en el 90, todo acabó con la derrota del RC Paris de David Ginola en la final de la Copa de Francia ante el Montpellier de Éric Cantona.

Campeón de Liga en el 36 y de cinco Copas de Francia hasta el 49, su dominio en París fue incontestable hasta la aparición tardía del PSG, en 1970. De hecho, el austriaco Ernst Happel que da nombre al Prater llegó a ser jugador del Racing (54-56) en su única salida desde el Rapid. El Racing de Paris, además, tenía la curiosa tradición de jugar cada mes de noviembre un amistoso con el Arsenal londinense. Costumbres de una grandeur perdida, como un amistoso entre juveniles del RC y el Real Madrid en Colombes de 1964 (0-4).

Pese al equipazo de Lagardère, el proyecto deportivo no alcanzó velocidad de crucero. Y ni llegó a clasificarse para Europa, quedando la fugaz aparición de la Copa de Ferias de 1963 contra el Rapid de Viena como la única experiencia continental del Racing, saldada con dos derrotas. El Matra se caló, jamás alcanzó el objetivo de llenar el Parque de los Príncipes y quedó casi en anécdota para la historia. Que lo recuerda como lo que fue: un avanzado a su tiempo, el precursor del propio PSG actual o el Manchester City.

La portada dedicada a Francescoli en el Racing de París es de la revista Onze Mondial, que coleccioné en mi niñez gracias a la suscripción que me hizo mi abuelo, que vivía en Biarritz (Francia). También lo hice con la publicación Mondial (de ahí es el póster de la plantilla) antes de que ambas se fusionaran en Onze Mondial, el mejor producto futbolístico de papel que jamás leí.