El Athletic se salva

Durante buena parte del partido, el Athletic de Bilbao tuvo un pie en Segunda división, pero dos acciones puntuales en la recta final del partido sirvieron para arreglar el desastre de temporada y de partido de los bilbaínos y ofrecer la sensación de que se había conseguido el objetivo: la permanencia.

Una meta que de haberla puesto a principio de temporada hubiera parecido escasa, pero que conforme fueron pasando los meses, parecía más difícil de conseguir para los rojiblancos.

La alegría por la permanencia alivia un poco el amargo sabor que han tenido la aficción de San Mamés, pero si se mira fríamente, los bilbaínos no tienen tantos motivos para estar orgullosos, y deben empezar a pensar ya en poner medios para que esta situación no se repita el año que viene.

El partido, que quedó en un segundo plano, fue bastante flojo. El Deportivo jugo algo en la primera parte, pero desapareció del mapa en los segundos cuarenta y cinco minutos. El Athletic, que se jugaba la vida, apenas hizo nada, y si consiguió la victoria, fue en buena medida gracias al tremendo bajón que dio el juego del Depor, que le regaló los dos goles: el primero con un error defensivo garrafal, y el segundo con un penalti de patio de colegio.

Arrancó el partido con un Deportivo que no pisó mucho el acelerador, pero no necesitó más para dominar el partido. El Athletic salió al césped de Riazor sin ningún tipo de pegada ni de ritmo.

Algo que sorprendía dada la necesidad que tenían los rojiblancos de sumar los tres puntos para huir del descenso.

El Deportivo, con un Diego Tristán que se despedía de la que ha sido su casa durante los últimos seis años, abrió el marcador con un tanto de Arizmendi, que precisamente recogía el rechace que se quedaba suelto en el área pequeña, tras un potente disparo de Tristán.

Pero ni siquiera con este gol despertaron los bilbaínos del amodorramiento que les dominaba. Un dato que demuestra esta apatía es que no fue hasta el minuto 20 cuando se produjo el primer disparo a puerta de los de Clemente. De hecho, terminaron los primeros cuarenta y cinco minutos, y en Riazor no habían visto ni una sola ocasión de peligro contra la portería de Molina.

En la segunda parte, el Depor bajó tanto de revoluciones que casi desaparece del partido. En el Athletic sólo Urzaiz daba algo de guerra. Los de Clemente no tenían más repertorio que mandar balones largos para que él intentara aprovechar su superioridad en el juego aéreo.

Parecía el Athletic sentenciado, pero en los últimos compases del partido, la defensa gallega le regaló medio gol a Casas, que remataba solo en el área pequeña.

Por si fuera poco, luego Sergio provocó un penalti absurdo y dejó en bandeja a Orbaiz, que no falló, el gol de la victoria y de la permanencia. Pito el árbitro el final y el césped de Riazor fue invadido por los aficionados rojiblancos, que celebraban, como si de un título se tratara, que el año que viene verán en San Mamés a los equipos de Primera

1 - Deportivo de La Coruña: Molina; Manuel Pablo (Gallardo; m.80), Coloccini, Héctor, Capdevila; Sergio, De Guzmán; Arizmendi, Iago (Iván Carril; m.61), Munitis; y Tristán (Xisco; m.65).

2 - Athletic de Bilbao: Lafuente; Lacruz, Luis Prieto, Ustaritz, Amorebieta (Etxeberria; m.46), Casas; Iraola, Murillo, Orbáiz, Yeste (Llorente; m.89); y Urzáiz (Tiko; m.74).

Goles: 1-0; m.19, Arizmendi. 1-1; m.70, Casas. 1-3; m.88, Orbáiz, de penalti.

Árbitro: Ramírez Domínguez (Colegio Andaluz). Mostró tarjeta amarilla a Héctor (m.34), Capdevila (m.58) y Sergio (m.86) por parte del Deportivo de La Coruña.

Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima séptima jornada del Campeonato Nacional de Liga, disputado en el estadio municipal de Riazor ante unos 15.000 espectadores. Antes del partido, la Policía Nacional tuvo que intervenir en los aledaños del campo para frenar el enfrentamiento entre seguidores de ambos equipos, que se saldó con un detenido ataviado con la camiseta del Athletic.