El único camino de Solari para acabar como Zidane o Del Bosque

Si García Remón debutó como entrenador interino del Real Madrid en el Santiago Bernabéu con una victoria por la mínima ante Osasuna, mejores sensaciones mostraron Vicente Del Bosque y especialmente Zinedine Zidane cuando se estrenaron en su cargo. Aunque con el salmantino conviene matizar, ya que anteriormente se hizo cargo del primer equipo durante dos partidos cuando en 1996 fue despedido Jorge Valdano y pocos días después aterrizó el veterano Arsenio Iglesias.

Los caminos de Solari, Zidane y Del Bosque convergen, ya que en su primera vez en el Santiago Bernabéu fueron capaces de enamorar al público del Bernabéu. Lo que pasó después ya es de sobra conocido y se cuenta en una Copa de Europa detrás de otra. En el caso del argentino tiene un calendario muy definido para que el club tome una decisión definitiva sobre su continuidad: ganar y convencer ante el Valladolid, hacer lo mismo en República Checa ante el Viktoria Plzen y el domingo 11 de noviembre, fecha límite en Balaídos, demostrar que el equipo ha cambiado del todo y ha superado todos los defectos que arrastraron a Julen Lopetegui al despido.

Solari debe seguir pulsando la tecla adecuada de Vinicius y la ilusión espontánea que genera. Seguir traduciendo a su manera el juego y la imagen célebre de “con dos cojones” y simplemente dar al público del Bernabéu lo que pide: verticalidad y goles.

Así se vio con el estreno de Zinedine Zidane en enero de 2015 con una goleada ante el Deportivo y echando la vista un poco más atrás, eso mismo se vio aunque sin victoria cuando Del Bosque se sentó en el banquillo para quedarse. Fue un 1-1 ante la Real Sociedad con gol de Savio, un recital de Clarence Seedorf pese a que semas después fue traspasado al Inter de Milán y dos o tres retoques respecto a John Benjamin Toshack que convencieron a la primera.

Si el argentino ha bebido como entrenador de Zidane y Del Bosque, tal y como él mismo predica, debe servirse más que nunca de estos dos exitosos ejemplos. Fue irse Toshack en noviembre de 1999 y Rafa Benítez antes de las navidades de 2015 y el Real Madrid recuperó de golpe y sin ninguna mano dura todas sus virtudes.