LaLiga, Atlético-Barcelona: Un rebelde para la causa (1-1)

1 - Atlético de Madrid: Oblak; Arias, Savic, Lucas, Filipe; Koke, Rodrigo, Saúl, Lemar (Vitolo, m. 63); Griezmann y Diego Costa (Correa, m. 80).

1 - Barcelona: Ter Stegen; Nelson Semedo, Piqué, Umtiti, Jordi Alba; Sergi Roberto (Rafinha, m. 46), Busquets, Arthur (Dembelé, m. 80), Vidal (Malcom, m. 84); Messi y Luis Suárez.

Goles: 1-0, m. 78: Diego Costa cabecea un córner lanzado por Griezmann. 1-1, m. 90: Dembelé bate por raso a Oblak.

Árbitro: Gil Manzano (C. Extremeño). Amonestó a los locales Lucas (m. 39), Griezmann (m. 48), Rodrigo (m. 86) y Filipe Luis (m. 87) y a los visitantes Busquets (m. 29) y Rafinha (m. 92).

Incidencias: partido correspondiente a la decimotercera jornada de LaLiga Santander, disputado en el estadio Wanda Metropolitano ante unos 67.000 espectadores.

Diego Costa. Estaba lesionado, pero le dio igual. Saltó con la fuerza que le quedaba y marcó de cabeza un gol que casi da la victoria al Atlético.

Ousmane Dembélé. Le han caído palos desde todos lados, y Valverde tardó demasiado en sacarle al campo. Acabó marcando un gol valiosísimo, como tantos otros que hizo a comienzos de temporada.

Leo Messi. No estuvo fino en lanzamientos de falta ni a la hora de conducir contraataques, pero acabó marcando la diferencia atrayendo a toda la defensa rojiblanca y dejando solo a Dembélé. Hasta sin balón resulta decisivo.

Tenía que ser él. Ni Messi, vigilado y sorprendentemente desacertado, ni un Suárez que llegaba rompiendo registros goleadores, ni un Coutinho ausente ni un cabezazo de Piqué. Tenía que ser Ousmane Dembélé quien rescatara al Barça de la desidia en un partido que apuntaba a 0-0 y se le complicó en los minutos finales.

Porque el partido estaba destinado a un empate sin goles desde el primer momento. Ni ritmo, ni ocasiones, ni fuerza de voluntad. Los ataques de unos y otros se estrellaban contra defensas sólidas, incapaces de cometer un solo error. Los de Valverde, que arrastraban una sangría goleadora considerable en defensa, dejó jugar al Atlético en estático durante mucho tiempo. Y así fue imposible que le sorprendieran con balones a la espalda. Claro que el Barça tampoco pudo inquietar a Oblak en 89 minutos de juego.

Cuando el partido se acercaba a su ocaso, con el Barça sin hacer cambios y el Atlético poniendo algo más de garra, llegó una mano de Vidal dentro del área. No la pitó el árbitro, lo que llevó a caldear más todavía el ambiente. Y el Wanda Metropolitano estalló definitivamente poco después, cuando Diego Costa (lesionado) anotó el 1-0 con un cabezazo que colocaba líderes a los de Simeone.

Pero el primer puesto en la tabla duró 12 minutos, lo que tardó Dembéle en reivindicarse con una definición exquisita, bajo las piernas de Oblak. No es la primera vez que salva al Barça, ni será la última. Porque con ese don del oportunismo, seguro que acaba pesando más su actitud dentro del campo que fuera de él.