El último tacón

Arrinconado junto a la línea de fondo, con dos defensas cercándole, Karim se acomodó al volante, miró por el espejo retrovisor de un cerebro diseñado para unir arte y fútbol, y tomó una decisión: hay que intentar la cuadratura del círculo. El taconazo con caño. Para aquél entonces la noche era más bien fría, a pesar de los más de 25 grados que envolvían Cornellá. El juego del Madrid tenía muchas lagunas y un aire caribeño que presagiaba una noche dura.

Casemiro, conociendo las virtudes del genio, siguió la jugada. Y el hechizo se produjo en cuestión de segundos, para incredulidad de todos, dentro y fuera del terreno de juego. En el campo, los compañeros miraban a Karim Benzema como se mira a un compañero de profesión al que admiras, con ese pensamiento instantáneo que viene a decir “qué bueno eres, cabrón”. En casa, segundos de pausa para comprender la jugada y gritos de sorpresa ante semejante obra maestra. También imagino gritos de desesperación y resignación para muchos blaugranas. La parroquia blanca sabe bien de lo que hablo. Han sido millones de gritos ante millones de diabluras de Leo Messi, el último Dios del fútbol.

El taconazo de Karim tiene muchos significados. Es un taconazo para todos. Especialmente para aquellos que han dudado de él como jugador y delantero para el Real Madrid. Para los que le han criticado con poca objetividad por ser díscolo, francés e indolente. A los que le han insultado sin más, porque sí, porque en Twitter todo vale. Y, por supuesto, para los que se han hartado de cantar a los cuatro vientos que todos sus rivales para ocupar la posición de delantero eran mucho mejores que él. De 2009 a nuestros días, sin contar a Huntelaar, Negredo, Van Nistelrooy o Raúl, que dejaron el equipo enseguida, Higuaín, Adebayor, Chicharito, Morata, Mayoral, Mariano, Jovic, Raúl de Tomás …

Una larga lista de jugadores por los que mucha gente apostaba para la titularidad en detrimento de Karim Benzema. El francés de origen argelino, que tuvo que aguantar más de una pitada en el Bernabeu, asistía a los acontecimientos con su habitual cara de poker. Tampoco parecía demasiado afectado. Karim siguió a lo suyo, ganando madurez, trabajando cada vez más el físico. Y siguió sacándose de la chistera lo que el equipo precisaba en cada momento ¿Asistencias para CR7? Asistencias ¿Más goles que no está Cristiano? Más goles.

A día de hoy, la trayectoria de Karim en el Real Madrid, más allá de los números, que no casan con un hombre de letras, demuestran que estamos hablando de uno de los mejores fichajes de la historia del Real Madrid. 35 millones suenan a guasa.

También la prensa tuvo su sector anti-Benzema. Bastante numeroso, por cierto, incluyendo a reputados expertos de fútbol internacional, algunos de los cuales parecen saber más de futbolistas que de fútbol. También para ellos va el taconazo de anoche en Cornellá. El taconazo de Karim es para todos los que alguna vez han dudado de él. Han dudado porque no le han comprendido. Por eso cuando Benzema inventa el taconazo imposible, en el fondo os está diciendo: “os estoy esperando, seguidme que os paso la pelota”. El tren.

No queda mucho tiempo para seguir disfrutando de este genio del fútbol, así que aun hay tiempo para deleitarse con un tipo que juega a otra cosa. El último tacón es el primer aviso de que los días gloriosos de Karim con el nueve a la espalda no serán para siempre. Anda que no se le va a echar de menos, menudo vacío va a dejar.