Los lunes de David Sánchez: Una genialidad, un churro y Gil Manzano sentencian al Barça

Los de Koeman salieron valientes y se encontraron a un Real Madrid que es el mejor esperando atrás para salir en velocidad. Vinícius (que sigue fallando más que una escopeta de feria) volvió loca a la defensa culé. En la segunda parte la historia cambió, Koeman puso defensa de cuatro y el equipo empezó a jugar. Alba empieza a ganar línea de fondo y el equipo crece hasta tal punto que sólo Courtois y los palos evitaron el poder voltear el marcador, bueno, eso y el pírrico descuento decretado por Gil Manzano.Las protestas de Koeman están bien, que sean repetitivas ya no tanto, y que se rebote ante las preguntas de Ricardo Sierra al acabar el partido no tiene un pase, error de bulto y grosero por parte del holandés. Por lo demás, perfecto.

La genialidad de Benzema está a la altura de unos pocos elegidos. Esa maravillosa espuela del francés sirvió para abrir la lata y para frenar en seco la inicial valentía azulgrana. Ante jugadas como estas, basta con felicitar al autor y sacarse el sombrero. Una jugada donde nadie puede hacer nada para frenar la zancada de Valverde, el centro de Lucas y el remate de Benzema. Chapeau.

El churro de Kroos. El único mérito del alemán es que disparó entre los tres palos, el resto ya se lo hizo el propio Barcelona. Inocentada de Dest dándose la vuelta para que el balón diese en su espalda dirección a Jordi Alba, situado bajo palos y con pocos reflejos para sacar un balón que le pasó rozando los pelos del flequillo. O sea, un desastre para los intereses del Barcelona. El gol de Kroos es un churro, potra, suerte, chamba, chiripa o chorra. Cualquier cosa menos hacer una lectura futbolística para intentar darle mérito a la jugada.

Mingueza da la cara. No es un virtuoso, ni es el más talentoso del equipo, pero es necesario tener jugadores de su perfil. Sentir la camiseta y los colores ayuda a doblar esfuerzos y no bajar jamás los brazos. Se empleó con firmeza en tareas defensivas y arriba fue más determinante que Messi, Dembelé o Griezman. Que no se ejecute ya la opción de renovarlo dos temporadas más es un escándalo. Más Minguezas y menos Umtitis. Laporta, espabila.

Soldado de Koeman. Lo soy también en la derrota. Se puede equivocar en un planteamiento, y cuando lo hace, como ayer ante el Madrid, no tiene problema en rectificar y cambiar el sistema. Tiene defectos pero ha conseguido (además de apostar por los Pedri, Ilaix, Mingueza, Araújo y compañía) que este equipo vuelva a tener amor propio. Donde no les llega con el fútbol, les llega con el orgullo y la épica. Y todo esto es mérito de don Ronald Koeman, quien por cierto dejará un legado (no palmarés) mucho mejor que el que dejaron Setién (por supuesto) y Ernesto Valverde. Eso es así, le duela a quien le duela.

Gil Manzano. No fue protagonista, no llevó del todo mal el partido, pero los cuatro minutos que dio en el descuento clamaron al cielo. Sobre todo si tenemos en cuenta que en su problema del pinganillo se perdieron más de tres minutos. Eso, más los cambios, más todo el tiempo que se perdió en el propio descuento demuestra que el colegiado se equivocó dando tan poco tiempo de añadido.

Milagro. Casemiro vio la roja, Casemiro fue expulsado y yo podré contarle a mis nietos que lo vi, esto se explicará en los libros de historia futbolera. Parecía que jamás llegaría ese momento, y después de innumerables hachazos Gil Manzano lo expulsó. Hemos tenido que sufrir una pandemia, Filomena, y han aparecido hasta cuatro vacunas contra el coronavirus antes de ver a Casemiro expulsado. Veremos cuántos años deberemos de volver a esperar para verlo expulsado de un terreno de juego.

Hay Liga. En clave barcelonista está más difícil hoy que hace una semana, obvio, pero este equipo ha demostrado que nunca se rinde y que cuando peor está, más peligro tiene. El equipo sale de Valdebebas tocado en lo numérico pero no en lo anímico. Pelearán esta liga hasta el final.

Deberes para Laporta: Vender a Dembelé, malvender a Griezmann, regalar a Coutinho y Umtiti, homenajear a Busquets y dejarse la vida en renovar a Leo Messi.