Los datos queman al ‘bombero’ Koeman

La derrota contra el Real Madrid, polémicas aparte, no ha hecho sino ahondar en la percepción de que el Barcelona, tanto institucional como deportivamente es el camarote de los Hermanos Marx. La figura del técnico neerlandés prometía ser la pieza que canalizara la renovación y que sirviera de borrón y cuenta nueva para una afición herida en su orgullo después del final de la temporada pasada, con la abrupta salida de Quique Setién de por medio, el fichaje de Luis Suárez por el Atlético y el casi adiós de un Leo Messi que sigue sin encontrar su mejor versión sobre el césped.

Porque este cóctel de aguas pantanosas donde nada todo el club, empezando por Bartomeu, está llevando a Koeman a firmar un inicio de temporada que ni muchos menos mejora el protagonizado por sus dos anteriores predecesores, Ernesto Valverde y Quique Setién, que salieron por la puerta atrás de la entidad, sin dejar excesivas buenas sensaciones a una afición ya cansada de los vaivenes que el club está protagonizando en los últimos tiempos.

Pero vayamos a los números, esos que indican que el holandés tiene un largo camino por delante si quiere encontrar el apoyo y el beneplácito de toda la parroquia culé, que ansía volver a tiempos más gloriosos de su equipo, donde dominaba en España y en Europa con mano de hierro. Seis partidos le contemplan en este arranque de la temporada y solamente ha conseguido llevarse la victoria en tres de ellos (Villarreal, Celta y Ferencvaros), alcanzando un 50% de efectividad. El resto, un empate sin goles ante el Sevilla y las derrotas frente al Getafe y el Real Madrid, la más dolorosa de todas.

Dos derrotas consecutivas en Liga que le dejan únicamente con 7 puntos en la tabla clasificatoria, ya lejos de los 13 que suman los blancos, aunque todavía con un partido menos, y que le añaden presión a una situación complicada en un arranque que no está ayudando a clarificar, por lo menos en la parcela deportiva, el horizonte lleno de nubarrones que se cierne sobre el Camp Nou.

La comparativa frente a los dos anteriores inquilinos del banquillo azulgrana tampoco deja bien parado a Koeman. Es cierto que Ernesto Valverde comenzó su andadura encadenando dos derrotas consecutivas frente al Real Madrid en la Supercopa de 2017, pero rápidamente se rehízo. Nueve victorias seguidas y 34 partidos sin perder dieron solidez a un proyecto que le llevó a ganar la Liga y la Copa del Rey en su primer año en el Barcelona. En la campaña 2017/2018 solamente sumó cinco derrotas en total, por las tres que ya acumula el holandés.

A Valverde su estilo de juego le costó el puesto, tras una derrota en Supercopa ante el Atlético de Madrid, produciéndose la llegada de un accidentado Quique Setién, que no podrá quitarse de encima el hecho de ser el entrenador del Barcelona que perdió con estrépito en Liga de Campeones por 2-8 ante el Bayern de Múnich, pero ¿cómo fue su arranque en el banquillo del Barcelona?

Diametralmente opuesto. En sus primeros seis partidos, el asturiano consiguió cinco victorias y en total sumó cinco derrotas en 25 choques al frente del conjunto culé. Las sensaciones dejadas por su equipo no fueron buenas y el varapalo le costó el puesto sin dudarlo, llevando al Barça a contar con Ronald Koeman para levantar la imagen de un gigante herido en su orgullo, que sigue a la búsqueda de la tranquilidad necesaria para recuperar los laureles perdidos.

El inicio de la campaña 2020/21 incrementa las dudas sobre un proyecto del Barcelona con algunas luces, gracias a la explosión de Ansu Fati, pero con muchas sombras que dejan muchos deberes a Ronald Koeman (Messi, el caso Griezmann, los problemas extradeportivos, la crisis económica provocada por el coronavirus y la respuesta de la plantilla a una rebaja de sueldo…) y que le obligan a abstraerse de todos ellos si quiere encauzar el rumbo de una nave que actualmente marcha a la deriva.