LaLiga 2021/22 | Los líderes sin brazalete del nuevo Barcelona tras el adiós de Leo Messi

De forma repentina y seguramente de la forma que ninguno de los protagonistas esperaba, Leo Messi ya forma parte del pasado del Barcelona. Con la salida del argentino del Camp Nou, se abre una nueva etapa en la que ha habido que reorganizar el orden de las jerarquías dentro del vestuario, empezando por la capitanía. Jordi Alba es el nuevo miembro del cuarteto designado para portar el brazalete junto a Sergio Busquets, Gerard Piqué y Sergi Roberto, una decisión que parte de la afición ha discutido en redes sociales. La realidad del vestuario azulgrana presenta figuras con mucho que decir en la nueva temporada sin necesidad de llevar el sello de La Masia, algo que se ha empezado a poner de manifiesto tras el Trofeo Joan Gamper del pasado fin de semana.

El partido contra la Juventus disputado en el Johan Cruyff no fue el primero sin Leo Messi en la plantilla, ya que toda la pretemporada ha transcurrido sin el rosarino, pero sí ha sido el primero en el que jugadores, cuerpo técnico y afición eran conscientes de que ya no hay vuelta de hoja: el argentino no volverá a vestir la camiseta azulgrana. Como dijo Joan Laporta en su rueda de prensa para explicar los motivos que lo llevaron a tomar esta decisión, el Barça post Messi se ha adelantado dos años, aunque ya la temporada pasada Ronald Koeman había empezado a introducir un cambio de rumbo que puede verse acentuado a partir del próximo fin de semana.

El primero en levantar la mano para demostrar que no tiene miedo al liderazgo fue Memphis Depay, que necesitó poco más de 60 segundos para batir la portería de la Juventus. El neerlandés ha aterrizado en Barcelona dispuesto a demostrar que ya no es aquel extremo tan talentoso como díscolo que Louis van Gaal no supo pulir en el Manchester United. Bajo el abrigo de Koeman, Memphis ha mostrado su mejor versión con la selección de Países Bajos y está convencido de poder volver a hacerlo en LaLiga.

Junto a él en el frente de ataque estará Antoine Griezmann. En pocas semanas ha pasado de ver su puesto en la plantilla en discusión con un posible regreso al Atlético sobre la mesa a perfilarse como el nuevo jefe de la línea ofensiva. Sus ganas de reivindicarse y dejar atrás el rol de escudero que ha ejercido mientras compartía vestuario con Messi se dejaron ver también en el Gamper. Una falta desde la frontal del área causó que varios jugadores del Barcelona se acercaran para ofrecerse a lanzarla. Este tipo de escenarios tenían un único dueño en el pasado, Leo Messi, pero Griezmann empezó a ejercer su autoridad al hacerse con el balón y disolver el grupo de candidatos.

El hecho de que la afición no haya cargado las tintas contra él por la salida del club de La Pulga (fue ovacionado por los presentes en el Johan Cruyff) también puede ayudarlo a dar el paso adelante que se le reclama desde que cambió la camiseta rojiblanca por la azulgrana. Junto a Memphis -y Ansu Fati y Dembélé si las lesiones los respetan- puede conformar uno de los ataques más temibles de LaLiga.

Las horas posteriores al anuncio del Barcelona de que Messi no continuaría en el club estuvieron marcadas por un extraño silencio por parte de la plantilla. Uno de los primeros en romperlo fue Marc-André ter Stegen, que se despidió con una publicación en Instagram en la que además del agradecimiento por haber compartido vestuario, recordó que ha habido diferencias entre ellos. Ter Stegen siempre se ha caracterizado por un alto nivel de exigencia y autocrítica dentro del vestuario, y así lo ha reflejado ante los medios tras algunas derrotas duras del equipo, algo que en ocasiones chocaba con el discurso indulgente de los capitanes oficiales.

Ter Stegen era el candidato ideal para ascender a capitán de cara a la nueva temporada por una gran parte de la afición por delante de Jordi Alba. No obstante, aunque en el pasado ya haya tenido que llevar el brazalete cuando se acumulaban las ausencias, el meta alemán ha demostrado no necesitar la cinta con la senyera en el brazo para hacer oír su voz dentro del vestuario.

El último líder silencioso será Frenkie de Jong, cuya importancia en el club ha crecido desde la llegada de Ronald Koeman. Su dificultad para adaptarse al sacrosanto 4-3-3 imperante en el Camp Nou se transformó en una mejor adaptación cuando Koeman estableció un pragmático 4-2-3-1 para sacar más provecho de sus virtudes y potenciar nuevas cualidades como su llegada desde segunda línea. Ante un ritmo de partidos frenético, se espera que esta temporada las presencias de Sergio Busquets estén más espaciadas en el tiempo, lo que situará a De Jong como el responsable de guiar la sala de máquinas azulgrana.

Esta coexistencia tan marcada del cuarteto de capitanes criados en La Masia y los extranjeros llamados a marcar diferencias sobre el césped puede ser beneficiosa o una espada de doble filo para Ronald Koeman. Sobre el papel, la cantidad de jugadores con personalidad para llevar las riendas del vestuario debería ser una bendición para el entrenador, pero si los resultados se tuercen desde el inicio y se produce una duplicidad de discursos, el año I después de Messi promete ser muy tempestuoso en el Camp Nou.