LIGA, REAL MADRID | Los martes de Elías Israel: Osasuna es hoy más 'sparring' que el Barça

Conviene detenerse en la figura de Jagoba Arrasate. No es casualidad que su equipo sea el segundo que más tiempo pasa en campo contrario de toda la Liga y uno de los que más adelanta su línea defensiva. Es un espectáculo ver bascular cada una de sus líneas y como sabe sacar partido a sus limitaciones, con una gran efectividad también a balón parado. Lejos de las etiquetas de equipo defensivo, Osasuna encaja tantos goles como los colistas de la clasificación, pero, sin embargo, se codea con Betis y Atlético en la zona alta de la tabla.

La otra figura digna de mención es la de Braulio Vázquez, su director deportivo. En los días de zozobra de la temporada pasada, refrendó la confianza en su entrenador y el tiempo le ha dado la razón. Esta Liga es casi imposible pedirle más a su equipo, que ya casi ha recorrido la mitad del camino hacia el único objetivo realista, que es la permanencia. El equipo está bien estructurado en todas sus líneas y a nadie sorprende ya ver los datos de rendimiento de Lucas Torró, Darko Brasanac o Kike García, con la guinda de algún futbolista diferente como Rubén García o Chimy Ávila, un gran representante de la capacidad de supervivencia y el espíritu de lucha de este equipo de mérito extraordinario.

En el Real Madrid andan con la mosca detrás de la oreja. La jornada entre semana es siempre complicada. Enfrente, un equipo que jugó el pasado viernes ante el Granada, con dos días más de descanso. La presión psicológica, más que futbolística, que supuso jugar una final en Kiev ante el Shaktar y, sobre todo, la carga emocional de un Clásico, donde el equipo blanco se vio menos exigido de lo esperado, pueden invitar a las rotaciones. Por mucho que imponga el Bernabéu, Osasuna, lejos de su estadio, se está comportando como un equipo de altísimo nivel.

Más allá del lamentable y denunciable trato sufrido por Ronald Koeman y su señora en su vehículo cuando salían del Camp Nou, la realidad es que el equipo azulgrana, a los mandos del holandés, no tiene trazo, ni personalidad colectiva. Todos los jugadores, sin excepción, parecen peores de lo que son en realidad. La inestabilidad económica e institucional se traslada de manera fidedigna al verde, donde el Barça es un alma en pena. Aunque parezca una exageración y luego Vinícius o Benzema armar el taco, la realidad es que hoy, con todos los respetos, Osasuna es hoy mejor equipo que este Barça.