Los miércoles de Antonio Sanz: Savic-Giménez, el muro que renueva con sordina

En Balaídos se estrenó ganando el vigente campeón de Liga. El técnico plantó sobre el césped una zaga con tres centrales, tal y como secuenció durante gran parte del último curso pasado. La presencia en el once de un goleador como Suárez alteró la forma de jugar del Atleti, aportando más asociación y más control de juego -el equipo manejó más posesión de balón que en cualquier otra anterior etapa ‘cholista’-. Y todo nace desde el fondo, desde esa defensa de cinco que se organiza desde el centro con la polivalencia de Hermoso, con la firmeza y rigor de Savic y con la contundencia de Giménez. Como complemento no podemos olvidar al hoy lesionado Felipe, cuya irregularidad ha ido diluyendo su titularidad incondicional.

Así las cosas, casi de tapadillo, un día tras otro y en plena estación estival, se anunciaron en altavoz con sordina los dos acuerdos que acumulaban sellados varias semanas en el cajón de la dirigencia. La documentación firmada expone que Savic, 30 años, rubricó la extensión hasta junio de 2024, es decir, un nuevo contrato de tres temporadas. Giménez, 26 años, firmó hasta el verano de 2025, cuatro años de tiempo nuevo para un fijo en el esquema rojiblanco del futuro. Dos centrales que llegaron de puntillas, con escaso ruido mediático, con poca significancia entre los ídolos de la afición, pero cuyo rendimiento ha ido creciendo temporada tras temporada. El montenegrino acumula seis cursos desde que dejó Florencia, mientras que el uruguayo aterrizó siendo un juvenil para juntar ocho campañas vestido de rojiblanco.

La carrera deportiva de Stefan Savic ha sido un poco montaña rusa hasta que se asentó en Madrid. Criado en la cantera del modesto BSK Borca serbio, uno de los grandes, el Partizán lo rescató para traspasarlo un año después (por doce millones de euros) al Manchester City de Roberto Mancini. Sólo un curso le duró la experiencia en Inglaterra antes de trasladarse a la Fiorentina. En Italia, cumplimentó tres temporadas antes de cambiar de aires en julio de 2015 como reemplazante del intratable Miranda. Dos jóvenes, Giménez y Lucas Hernández, serían sus principales oponentes para acompañar al intocable Godín. Aquel verano, los titulares de Prensa eran para el regreso de Filipe Luis de su fallido intento en la Premier, para dos jóvenes prometedores -Carrasco y Vietto-, pero especialmente para el nuevo ‘killer’ elegido: Jackson Martínez.

Savic se presentó en silencio. Casi parecido al escaso ruido que ha hecho el anuncio de su merecida continuidad en el Atleti. Quizá ni club ni afición son conscientes del enorme valor que representa el balcánico. Stefan ha heredado el liderazgo que dejó huérfano Godín, cohabitando a la sombra de Oblak, y eso son palabras mayores. Con gran relación personal con el portero, Savic es más directo en el trato que el esloveno, es tan líder como él y tan respetado por el grupo aunque no necesite la cinta de capitán para ser escuchado. Savic se planteó salir del Atleti con dirección al Inter de Milán, pero su compromiso con la causa rojiblanca se lo impidió. Quizá no llame la atención tanto como hacen otros jugadores, quizá armar ruido no va con su ideario de persona, tal vez por eso se muestra siempre en segundo plano. Lo seguro es que el Atleti no ha dudado en retener a un pedazo de defensa.

Mucho más ruido surge con la actualidad de Giménez. Encadenado cada año a las lesiones musculares, esa debilidad física le ha imposibilitado posiblemente ser jugador del Real Madrid. En un par de ocasiones, se le aproximó con querencia el gran adversario de los del Metropolitano. Seguido de cerca por el máximo representante del club blanco, el uruguayo se ha instalado con firmeza en la zaga del Atleti. Por eso, el presidente madridista lo mantenía entre sus favoritos porque siempre ha rebuscado entre zagueros del vecino. No se decidió por Giménez, para después intentarlo con Lucas Hernández -por petición expresa de Lopetegui-, previo a la salida del francés al Bayern de Múnich. Volviendo al sudamericano, el entonces inexperto central siempre se probó en el espejo de Godín. Los dos sigue compartiendo Selección y, desde la salida de Diego a Italia, Giménez trata de convertirse en el parecido más razonable a la figura del referente.

Jugar con tres centrales ha beneficiado a ambos futbolistas. Tanto uno como el otro estaban condenados a disputar juntos los máximos minutos oficiales posibles en las alineaciones de Simeone. La modificación de sistema, la variante numérica favorece a los dos, pero también es cierto que la decisión del técnico argentino ha mejorado al conjunto. La polivalencia de Savic y Giménez ha permitido que el montenegrino se mueva por diversas posiciones de la zaga y que el uruguayo trepe incluso hasta maniobrar por el centro del campo. Esta es la esencia del fútbol moderno: ofrecer al entrenador varias opciones de posición. La afición rojiblanca debe creer en esta pareja. La entidad debe hacer algo parecido y explicar a la opinión pública que retiene a dos grandes centrales. Pero todo se ha hecho con sordina… no sea que alguien se moleste.