Simeone cumplió su promesa de mejora, pese al primer tropiezo del año

El Atlético de Madrid no pudo ganar un partido que tal vez pudo acabar en goleada. La falta de concentración en el minuto final de partido y por supuesto el sensacional disparo de Manu García condenaron a los de Simeone a comenzar LaLiga 2016/2017 a dos puntos de Barcelona y Real Madrid. Pese a este tropiezo, el objetivo no se ha desviado ni un milímetro. Y tras ver y analizar el choque y el juego visto contra el Alavés, la conclusión es que esa promesa de mejorar el juego y superarse, va camino de hacerse realidad.

Siempre para adelante. El resultadismo y la efectividad feroz han dado muchos puntos al Atlético en esta era Simeone. A consecuencia de esto la producción ofensiva podía bajar, pero ante el Alavés aumentó como pocas veces se ha visto en el Calderón: Un total de 27 remates, pese a que el gol llegara gracias a un discutido penalti. El Alavés sólo llegó dos veces, marcó un gol y se llevó un punto. Conviene, como dice Simeone, seguir mirando hacia la portería rival para seguir mejorando.

Clara vocación ofensiva. El abanico de recursos de ataque esta temporada aumenta con Gameiro y Gaitán, ambos entraron en escena en este primer partido y dejaron sus primeros destellos. Sólo falta que Griezmann forme su asociación perfecta con su compatriota Gameiro y que Torres encuentre sus goles a base de verticalidad y trabajo, tal y como demostró aunque sin premio en la segunda parte de este partido. A todo este arsenal hay que sumar el mayor protagonismo que Carrasco debe tener en el clásico 4-4-2 de Simeone.

¿Se puede cambiar de sistema? Sí, y es algo que defiende el técnico en función del rival y del momento. Si al inicio de la pasada temporada el ansiado 4-3-3 para que cupieran arriba Griezmann, Torres y Jackson Martínez nunca acabó de funcionar o ni tan siquiera ponerse en escena con estos nombres, esta campaña el discurso del Cholo es otro.