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Manolo 'el del bombo': "Voy a volver a viajar con la Selección, para mí es como una droga"

José Arronis

Actualizado 20/03/2019 a las 10:55 GMT+1

Vuelve la Selección y vuelve Manuel Cáceres (Ciudad Real, 1949), Manolo ‘el del bombo’ para todos los aficionados del fútbol. Cuarenta años siguiendo al combinado nacional por todo el mundo y casi 400 partidos a su espalda. Repasamos con él su trayectoria y nos desvela un secreto: “Voy a volver a viajar con el equipo fuera de España”.

Entrevista a Manolo el del Bombo

Fuente de la imagen: EFE

¿Vuelve la Selección y lo hace en Valencia, está contento?
Me alegré mucho cuando lo anunciaron porque hace tiempo que no juegan en Mestalla y es una ciudad que se lo merece.
El día 26 de marzo se enfrenta a Malta, ¿es un partido especial para usted?
Será muy bonito, toda la gente se acuerda de aquel 12-1 y volver a viajar con la Selección y que sea en Malta es especial. Si no pasa nada voy a volver a acompañar al equipo fuera de España, me hace mucha ilusión.
¿Se acuerda del primer partido de la selección que vio en directo?
El primer partido al que asistí fue en el año 1979 en Chipre, era un partido clasificatorio para la Eurocopa de Italia 1980. Recuerdo que por aquel entonces jugaba ‘Quini’, que en paz descanse.
¿Desde ese momento tenías la intención de seguir al combinado nacional por todos lados?
En ningún momento pensaba que pudiera pasar todo esto, es muy difícil lo que he conseguido. Yo empecé animando a la Sociedad Deportiva Huesca, al Zaragoza y posteriormente comencé a salir con el Barcelona y el Real Madrid, hasta que un día se me ocurrió seguir a la selección española y hasta hoy que llevo diez mundiales, siete eurocopas y casi cuatrocientos partidos.
Manolo el del bombo
¿Cómo le llegó la oportunidad de dedicarse casi en exclusiva a animar a la selección?
Yo tenía un pequeño bar en Huesca y lo perdí todo por el fútbol, entonces iba con un amigo mío de Madrid que me ayudaba a costear las salidas. Poco a poco conseguí que la Federación me costeara los vuelos, los hoteles y las entradas.
¿En qué momento se dio cuenta de que era una persona reconocida en todo el país?
Me acuerdo en el Mundial 82 de España que hice autostop todos los partidos para poder llegar a los destinos. Ya me di cuenta que la gente me reconocía, me animaba e iba haciendo amistades, tanto que me invitaron a animar en el 85 un Canadá-Honduras. Fue una cosa increíble, era un campo portátil en la que una cuerda separaba las gradas del terreno de juego. También animé a la sub-16 en Venezuela, en la que jugaban Iván de la Peña, Cuartero, el hermano de Julen Guerrero, una generación fantástica.
¿Has sentido siempre el apoyo de la gente?
Siempre lo he sentido, pero no solo de los españoles, sino de todo el mundo. Cuando me ven en los estadios todos me saludan, muchos vienen al bar de Valencia a echarse fotos conmigo y eso lo agradezco enormemente. He tenido el privilegio de entregarle una placa a los reyes en Zaragoza antes de una final de Copa en el año 83, en la que jugaban Barcelona y Real Madrid, he estado con los príncipes, estoy muy feliz de lo que he conseguido.
Si fuera posible dar marcha atrás ¿volvería a dejarlo todo por el fútbol?
Sin ninguna duda. Representar a tu país por todo el mundo es muy bonito, todos los aficionados te quieren y no he tenido problemas en ningún continente.
¿Se sintió maltratado en el Mundial de Rusia, con todos los problemas que se encontró para acceder a los estadios con el bombo?
No me sentí maltratado, pero sí que es verdad que de los cuatro partidos tuve problemas en dos de ellos para meter el bombo por problemas de seguridad. En el último encuentro ante Rusia decidí pedir ayuda a todos los estamentos, a la Federación, a los periodistas, incluso al Presidente del Gobierno. Al final todo salió bien, vinieron a buscarnos y nos acompañaron hasta el estadio. El peor momento fue en un taxi, tenía un trayecto de diez minutos del campo de fútbol hasta el hotel y el conductor comenzó a dar vueltas sin sentido. En un semáforo me bajé y por suerte, un matrimonio me llevó hasta el hotel. Después estuvieron haciéndose fotos con sus hijos, fueron muy amables.
Manolo el del bombo
¿Cómo fue el momento en el que viste que le habían robado el bombo?
Cada vez que ocurre un problema siento el apoyo de todo el mundo. Cuando me robaron el bombo estaba en Murcia, hay una familia con la que tengo amistad y vinieron a recogerme al hotel y fuimos al estadio en su coche. Era un partido que esperaba con muchas ganas porque acababan de operarme del corazón y fue una noticia brutal. El cariño que recibí de todos fue inmenso, me llamaron para entrevistarme hasta de Corea. El bombo lo encontró un militar cerca de la embajada de Colombia y después la Federación me lo envió en coche hasta Valencia y ahora lo tengo en el bar atado con una cadena.
Cuando me robaron el bombo me acababan de operar del corazón, fue una noticia terrible
¿En qué momento decidiste dejar de asistir a los partidos de fuera?
Lo decidí en Rusia a raíz de los problemas que me encontré. Fue muy difícil, pero animar a la Selección es como una droga. El bombo y el cariño del público es lo más grande que tengo y voy a seguir hasta que los aficionados quieran.
Animar a la Selección es como una droga, voy a volver a viajar fuera y seguiré hasta que la afición quiera
Ha vivido muchas épocas de la selección, la mítica maldición de cuartos de final, la dramática eliminación en Corea y Japón, ¿pensaba que España podía conseguir una proeza de este calibre?
Era muy complicado, ganar un Mundial o una Eurocopa es muy difícil, pero España siempre ha tenido muy buenas selecciones. Por ejemplo, en Corea y Japón jugamos fantásticamente y por la equivocación de un árbitro nos fuimos fuera. Al final por muy buenos jugadores que tengas, si la pelota no entra no hay nada que hacer. Al final mi familia y amigos me decían que no me llevara mucho dinero que nos iban a eliminar pronto y tenían razón, pero a mí me movía la ilusión.
¿Cuál es la mejor Selección que ha visto?
Todos los que visten la camiseta de la Selección son iguales, tanto como los de antes como los de ahora y tengo mucha amistad con algunos de ellos. Por ejemplo, me llevo muy bien con toda la familia de Butragueño y vienen a visitarme al bar cuando juega el Madrid en Valencia.
Al igual que decepciones también ha vivido los mejores años, ¿podría quedarse con algún momento en especial?
Hay muchos, el 12-1 a Malta en el campo del Betis fue algo maravilloso. En la Eurocopa del 2008 me llevé una banda de músicos. Hice una publicidad e invertí ese dinero en costearle el viaje a ellos y estuvieron encantados. El más especial fue el Mundial de Sudáfrica porque fue un cúmulo de consecuencias. Yo enfermé durante el torneo, cogí una gripe fortísima y los doctores de la Selección me recomendaron volver a España. Eso fue muy duro, pero por suerte me recuperé y llegué para el partido de semifinales frente a Alemania. Lo pasé muy mal en los días previos porque pensaba, basta que no pueda estar para que ganemos.
Llegué a pensar que era gafe
Minuto 116, final del Mundial y gol de Iniesta ¿Puede describir ese momento?
El gol de Iniesta fue demasiado. Yo estaba con un grupo de españoles y recuerdo cuando sonó el pitido de final de partido al padre de Mata corriendo por la banda que parecía que había jugado él. Tuvimos que sujetar entre todos a Álvaro, el hijo de Vicente del Bosque, porque de lo emocionado que estaba quería saltar al campo. Algo inolvidable para todos, España se merecía un triunfo así porque hemos sufrido mucho. España es una selección que despierta simpatía, en todos los torneos en los que he estado notaba que era muy querida.
¿Cómo ha sido su relación con los diferentes presidentes?
Con todos los presidentes mi relación ha sido muy buena. Soy una persona muy correcta y no me gusta meterme en temas ajenos. Para mi todos han sido iguales al igual que los futbolistas, puedo llevarme mejor con unos o con otros, pero cualquiera que vista la camiseta de España tiene mi máximo respeto.
¿Ha notado mucho contraste entre Villar y Rubiales?
Me gustan todos los presidentes, yo en temas corporativos no entro. A mí me gusta estar con el público, yo llego al hotel con la Federación pero enseguida me bajo con los aficionados.
Manolo el del Bombo.
¿Cómo es su relación con los periodistas?
Yo me he sentido siempre muy arropado, ellos pueden decir como soy. Nunca he tenido ningún problema con ellos y saben que soy una persona muy tranquila y sencilla.
Pido respeto a todas las aficiones, el fútbol es solo un juego
¿Le gustaría que tras su retirada otro aficionado tomara su relevo?
Me encantaría que hubiera otra persona, yo ya tengo 70 años y muchas operaciones a la espalda y algún día tendré que dejarlo. El que venga, con que lleve los colores de España, el escudo en el bombo y respete los valores del deporte me haría muy feliz.
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