Los jueves de Luis Villarejo: Por qué Xavi pide a Morata

Con determinación, y habiendo disfrutado ya de clubes como el Real Madrid, Atlético de Madrid, Chelsea o Juventus, se puede plantar en el Camp Nou liberado, sin ataduras, con la mente limpia e incluso con una sonrisa y con naturalidad, se puede permitir el lujo de decir que desde crío siempre sintió el cosquilleo de jugar algún día en el FC Barcelona.

Morata, como todos los demás, es profesional. Juega y ejerce su actividad donde le permite el mercado. Me cuenta otro nueve de fuste, de los de toda la vida, mi gran amigo Ismael Urzaiz que cuando se duda de Morata porque no acaba de asentarse tras jugar en ese carrusel de grandes clubes, el público debe entender que si te fichan y ponderas las cantidades de dinero que ha movido Morata en grandes operaciones, es por algo. Se mueve de oca en oca porque es un grande. Sin más.

Los clubes, las empresas, sus ejecutivos, no regalan nada. Si invierten en Morata es porque es un valor de alta rentabilidad. El fútbol de élite no es una tómbola. Le pagan porque lo vale, me argumenta Urzaiz. Muy sencillo. Inmerso en un escenario de entradas y salidas en la Juventus, con la llegada de Vlahovic, y con el visto bueno del Atlético de Madrid si le garantizan 35 millones de euros al final de la cesión, a Morata le esperaría un reto interesante.

El Barça siempre es el Barça. Los escudos son aún influyentes. Y su agente Juanma López es un lince. Es uno de los representantes que mejor se mueve en el mercado internacional. Sabe de fútbol, fue un central atrevido, vivía el fútbol al límite y si hay alguien que sabe de delanteros centro, es él. Los tuvo enfrente de todos los perfiles.

Por el lado de su contrato, Álvaro Morata regresaría a España, estaría cerca de Luis Enrique en un período donde necesita jugar y ser titular para llegar fuerte al Mundial de Qatar. Morata es el 9 de España. Es titularísimo en la selección. Tiene el visto bueno de los internacionales del FC Barcelona, de los más jóvenes, y de los capitanes Piqué y Busquets. Xavi, además, cuenta con una alta consideración sobre su persona.

Pero, ¿Qué busca Xavi en el césped con Morata?. Curiosamente no es un futbolista con un ADN Barça consolidado. No es un delantero nacido para el juego de posición, no es Kluivert, pero sí es un punta ideal para sacar petróleo cuando se rompe un partido, es potente al espacio, ahí hace mucho daño y tiene gol.

Es una alternativa sólida para un FC Barcelona que no acaba de sacar rédito a las ocasiones de nueve como en Vitoria esta pasada semana con Luuk De Jong.

Buena noticias para LaLiga. Se repatrían futbolistas de otras Ligas competidoras en el mercado de invierno. De la Premier inglesa, de la Bundesliga, del Calcio. Morata quiere volver. Espera el ok de la operación en Madrid, en la Plaza de la Lealtad; y vuelven dos jóvenes que nunca debieron irse: Ilaix y Bryan Gil.

Ilaix, que se asomaba ya a la titularidad con Ronald Koeman en el FC Barcelona, tiró por la borda su futuro, marchándose al Leipzig, mal asesorado, pero es tan joven que le da tiempo aún a equivocarse dos veces más y volver a resetear su vida deportiva. Está a tiempo de triunfar de verdad y ser feliz.

Lo mismo le ocurre a Bryan Gil. Enorme futbolista, que tampoco eligió bien, dejó LaLiga, de donde nunca debió irse al Tottenham, y se asoma ahora a una cesión a la Real Sociedad, que le recordaría sus buenos tiempos en el Eibar que le abrieron las puertas de la selección española. Retorna el ficherío al primer plano. No hay Liga este fin de semana, no hay Copas ni Supercopas, ni juega España. Fichajes, bienvenidos en la recta final del mercado de enero.