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Los miércoles de Antonio Sanz: Saúl, Morata y el regreso envenenado

Antonio Sanz

Actualizado 08/06/2022 a las 08:54 GMT+2

Retornos que traerán cuantiosas interpretaciones en las próximas semanas serán los de Saúl y Morata. Con contrato en vigor con el Atleti y con un sueldo considerable, en condiciones normales, serían dos refuerzos óptimos para el siguiente curso. Pero el pasado pesa demasiado sobre la convivencia futura. Por eso, el continuismo suena vacilante.

Alvaro Morata and Saul Niguez

Fuente de la imagen: Getty Images

Quién sería capaz de desaprovechar a dos jugadores internacionales para reforzar una plantilla que acaba de realizar una temporada tan irregular. Pues el Atleti de Simeone. El club recupera para la pretemporada a dos futbolistas de relumbrón, con señales de madurez, con ligera jerarquía, con aires redentores y con un ambiguo espíritu de recuperar el tiempo perdido. Si Saúl salió a última hora con el mercado a punto de cerrarse y su paso por la Premier no ha dejado huella, Morata ha cumplido dos campañas en el Calcio con un rendimiento que ha transitado de bueno a regular. Aún así, son dos piezas más que apetecibles para cualquier plantilla… excepto para la rojiblanca. Ninguno de los dos cuenta con plaza asegurada para el retorno. Y es que el desgaste sufrido con el técnico argentino imposibilita una vuelta tranquila. Si bien, el contrato vigente, con altas fichas económicas en ambos casos, provoca que sean considerados con cierto apego para desenredar el mejor desenlace posible que, a priori, nace como dos regresos envenenados.
Saúl no ha podido retirarse en Londres la etiqueta de jugador vulgar que lo lleva acompañando durante los últimos tiempos. Porque él es mucho más y así lo ha demostrado en la etapa rojiblanca y en la Selección. Por eso, el objetivo inicial de abandonar la burbuja de Madrid consistía básicamente en respirar aire fresco para salir del laberinto que le ha provocado perder la alegría en el juego, para volver a potenciarse y recuperar el rendimiento de regularidad que siempre lo acompañó. Esa polivalencia que el Cholo quiso sacar partido y que tanto irritaba al futbolista ha vuelto a repetirse en Stamford Bridge. Precisamente, Tuchel también lo ha empleado como carrilero izquierdo, al menos en tantas ocasiones como lo ha situado de centrocampista de ida y vuelta. Aterrizar en el Chelsea en los primeros días de septiembre quizá no ha resultado ser la mejor idea. Pero eran tantas las ganas de cambiar de registro que el riesgo se debía asumir. El curso no ha sido provechoso. Saúl no ha pasado de ser un suplente sin cuota de distinción. Sin embargo, dicen aquellos que se han acercado a él durante estos largos meses que la adversidad le ha traído golpes de madurez que le sirven para afrontar el siguiente reto.
Morata debía quedarse en la Juventus tras las dos campañas de cesión. Tan claro estaba en las partes que acordaron fijar el precio para cerrar la transacción. Se firmó 35 millones de euros como asignación definitiva para la propiedad del delantero. Mientras tanto, el ariete se ha revalorizado y hasta el Barça de Xavi lo ha seducido para completar el ataque culé. No fue posible porque el Atleti tenía cosas que decir, pero la sequía económica que asola a los azulgranas ha impedido retomar el interés. Además, el rendimiento de Aubemayang y de Ferrán Torres obliga a la prudencia, unido a que alguno de los actuales arietes ocupantes -Memphis o Braithwaite- debería salir para posibilitar la entrada. Así las cosas, el ‘9’ de Luis Enrique se quedaría gustoso en Turín, pero los transalpinos buscan rebajar la cantidad fijada a menos de la mitad. En el Metropolitano no cuentan con Morata, pero pretenden un precio más ajustado, de mercado, para satisfacer la venta. Durante el año y medio que vistió de atlético, Álvaro cumplió pero no convenció, de ahí que el técnico argentino no le haga hueco en la próxima plantilla. Tampoco la dirigencia lo desea y la afición no lo echa de menos. Lo que demuestra que lo mejor para todos es una buena venta para agilizar el límite salarial y reforzar la bolsa de ganancias.
Saúl y Morata son dos casos peculiares. Desde su juventud han destacado por las cualidades demostradas y los dos han disfrutado de minutos en entidades relevantes, nacional e internacionalmente hablando. Sin embargo, uno buscó romper la cuerda dejando el club tras quince años ininterrumpidos, siete de ellos en el primer equipo, y el otro no ha terminado de echar raíces en ninguna parte. Con casi 28 años, el centrocampista debe enterrar su orgullo, aplacar la vanidad y volver a poner el contador a cero. Ser un verso suelto entre el grupo le hizo bien, pero ahora debe reintegrase desde la humildad con el afán de recuperar el tiempo perdido. Con la treintena a punto de cumplir, el goleador debe vencer los miedos, ajustarse el cinturón de seguridad y fomentar su verdad futbolística casada con el gol. Esperó una larga travesía para triunfar en el Atleti, pero cuando llegó no fue como anheló. Por eso, en escasamente dieciocho meses truncó la esperanza de agigantarse en el Metropolitano. Dos destinos comprometidos y dos jugadores más que aprovechables para la 22/23, aunque todo indica que, al tratarse de un regreso inapropiado, no terminen de reencontrarse con el oso del escudo. El dinero y el pasado, los principales culpables.
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