Opinión | Los jueves de Luis Villarejo: Modric, año I

Modric tiene 36 años. Diez años en el Real Madrid es el tiempo del relato que sirve para ser leyenda del club. No hay ninguna teoría que identifique a ese tipo de jugadores que pasan a la historia.

Jugar 100 partidos es poca cosa. No es un termómetro para medir una trayectoria sublime. Diez años en el Madrid sin embargo, separa a los jugadores normales de aquellos que alcanzan la excelencia. Es una unidad de medida que se maneja en el Real Madrid para poner en el pedestal a los grandes de verdad.

Alfredo di Stéfano jugó once años en el Madrid. Los mismos que cumplirá Modric el año que viene. 16 temporadas jugó Pirri; otras 16 Raúl, nombres ilustres del madridismo a los que Modric se une con sus 36 años.

Es uno de los jugadores más rentables del club. Costó 35 millones de euros en su día procedente del Tottenham y sus cinco Copas de Europa le colocan entre los más grandes del fútbol mundial.

Su rendimiento ha sido modélico. Es un tipo amable, siempre sonriente cuando toma café en las terrazas de La Moraleja.

Es feliz en su puesto de trabajo. No ha querido meterse en líos. Sabía que el Madrid le iba a ofrecer un año. Y encantado, firmó al instante.

Lo ha ganado todo. Honor, títulos y dinero. No necesita enredar, el Madrid es su casa y sabe que fuera del Real Madrid hace mucho frío. Y no merece la pena explorar nuevas aventuras.

Modric es de esos jugadores que enganchan en la grada. Es querido y admirado.Este martes vivió su renovación mientras su presidente Florentino Pérez colocaba la Copa de Europa número 14 en las vitrinas.

Los grandes jugadores llegan a una longevidad extrema, se cuidan más, la nutrición es vital y las lesiones se superan con mayor recorrido.

Es Modric el claro ejemplo donde deben mirarse los jugadores que llegan al Real Madrid. Españoles del Castilla y extranjeros como él.

Se produce la renovación de Modric, coincidiendo con el salseo, el ficherío habitual de todos los veranos. Y la salida de Bale, que al decidir quedarse en Madrid, y no presentar oferta el Atletico de Madrid, ha sido ofrecido al Getafe.

El entorno del fútbol de Madrid sabe desde hace meses que Bale quiere vivir en esta ciudad. Kaká, con su flamante título de entrenador en la mano, quería volver a su casa en La Finca, en Pozuelo de Alarcón, y volver a estar cerca de su profesor de Pilates, Ángel Buitrago, persona fundamental y determinante para que el brasileño pudiera prolongar su vida de futbolista. Ángel Buitrago y su método Pilates Máquina han ayudado a muchos futbolistas a seguir en pie. Es un gurú del oficio.

Kaká tiene alquilada su casa a Bale. Y el galés ya le ha comunicado que quiere seguir. En los próximos días sabremos si algún club de la Comunidad de Madrid puede satisfacer el deseo de Bale y preparar el Mundial de Qatar sin mudanza.