La opinión de Elías Israel: El no fichaje de Mbappé en el mercado más surrealista de la historia

Cuánto pagarían las casas de apuestas una combinada hace cuatro meses con los fichajes de Sergio Ramos y de Messi por el PSG, el regreso de Griezmann al Atlético, la cesión de Saúl al Chelsea, el retorno de Cristiano Ronaldo al United y, por encima de todo, la negativa del PSG a una oferta de 200 millones de euros (léanlo dos veces) por Kylian Mbappé.

El club catarí, con sede en París, no puede ser interpretado en clave futbolística, ni económica. Está claro que tienen el dinero por castigo, pero la única lectura que se puede hacer es en clave de poder y de soberbia. Se trata de la utilización del fútbol para la mastodóntica campaña de marketing de un país, con un impresionante cartel con Messi, Neymar y Mbappé, además de Ramos, Achraf o Wijnaldum. Con la mirada cómplice de la UEFA, en la batalla entre la ECA (la Asociación de Clubes europea que preside Al Khelaifi) y la Superliga (que preside Florentino), les permiten pasarse el ‘Fair Play financiero’ por el forro.

A Florentino, dispuesto a poner 200 millones sobre la mesa a cuatro meses de la libertad contractual del futbolista, solo se le puede reprochar no haber pinchado antes el globo de la ilusión, porque el madridismo ya había imaginado el principio de la nueva era galáctica y la realidad es que, en cuatro ventanas de mercado, la incidencia del club blanco ha sido casi simbólica para su potencia en la industria, con la llegada libre de Alaba y los fichajes de Reinier y Camavinga.

El presidente del Real Madrid estaba dispuesto a semejante estipendio, con tal de asegurarse al jugador más relevante del mercado para la próxima década. Se asumía el gasto para evitar el riesgo. La jugada esta vez no salió.

El único que gana seguro es Mbappé, que en su próximo contrato, será sin discusión el jugador mejor pagado del mundo por encima de Cristiano, Messi o Neymar. Es lo que tiene ser el objeto de deseo en uno de los choques de trenes más impresionantes de los dos clubes más poderosos de la industria, por dinero o por palmarés. La antológica frase argentina “billetera mata a galán” no explica ni siquiera lo que ha pasado.

Algo menos sonado que el no fichaje de Mbappé, pero casi tan fuerte, es la insoportable levedad del Barça. Le va a costar muchas lunas recuperar el esplendor. Su equipo es objetivamente peor que el del año pasado y la sombra de Messi se atisba alargadísima.

El surrealismo se ha apoderado del mercado.