Los jugadores argentinos sobrevolando Buenos Aires en helicóptero tras una rúa de locura

La selección argentina tuvo que seguir su ruta con todos los aficionados de forma aérea. Tres helicópteros de la polícia federal evacuaron a los jugadores debido a que el autobús no podía avanzar entre toda la multitud que recibía a la nueva campeona del mundo camino del Obelisco, en el centro de Buenos Aires.

El presidente de la AFA, Chiqui Tapia, se disculpó ante todos los aficionados a través de Twitter: "No nos dejan llegar a saludar a toda la gente que estaba en el Obelisco, los mismos organismos de Seguridad que nos escoltaban, no nos permiten avanzar".

Las imágenes fueron increíbles y demuestraron como se perdió el control desde las fuerzas de seguridad que estaban a cargo de controlar la celebración. La multiud dio lugar a que el trayecto no pudiera realizarse como estaba previsto. Los helicópteros recogieron a los futbolistas en Villa Lugano, barrio situado en el suroeste de la capital argentina, para continuar su itinerario en los cielos después de haber avanzado tan solo 14 kilómetros en cuatro horas y media.

La afición se tomó bien los paseos en helicópteros, pues animaron el paso de los mismos conscientes de la dificultad de que avanzasen más los autobuses.

Cuando el bus paseaba a los jugadores por las calles de Buenos Aires, varios aficionados saltaron desde los puentes de la ciudad para estar con los jugadores. Uno de ellos cayó dentro del vehículo, pero el otro no lo logró y acabó cayendo fuera, lo que podría haberle provocado graves lesiones.

Se rumorea que la decisión de acabar con la celebración en autobús de los jugadores de la albiceleste podría haber estado motivada, además de por la gran multitud de gente que llenaba las calles, por estos acontecimientos.

Se estimaba por varios medios argentinos que habían salido a las calles de Buenos Aires alrededor de cinco millones de personas para la celebración. La fiesta continuó en las calles tras la marcha de los jugadores, como se pudo ver en los diferentes directos de la televisión argentina, que comentaban como los ríos de gente seguían fluyendo por la ciudad.